Carlos Gorostiza, Parlamentario vasco.
"Yo
aviso a Seat, Renault, Vw, Ford, Opel… de que he reparado mi viejo
coche y que ya he descartado completamente cambiarlo. Aviso al BBVA,
Santander, La Caixa, Kutxa…de que he renunciado a aquella compra que
tenía pensada y que no necesitaré ya pedir ningún crédito. Aviso a
Bimbo, Danone, Nestlé, Campofrío, Henkel, Fairy, Ariel... de que me he
convertido en un experto en marcas blancas, que son las únicas que
llenan ahora mi carro.
Aviso a El Corte Inglés, Inditex,
Cortefiel, Hispanitas....de que ya solo compro ropa en outlets o en
rebajas. Ah! y que conozco todas las modistas de arreglos de mi barrio.
Aviso a Cepsa, BP, Repsol, Shell, Petronor, Avia… de que me acostumbré a
conducir despacio cuando la limitación a 110 y que ahora paso de largo
por muchas gasolineras. Y, por supuesto, en los viajes largos uso el
bus.
Aviso a Prisa, Vocento, Mediapro, Mediaset, Euskaltel y
Movistar que la TV de pago ni siquiera la tengo como opción y que he
descubierto que se vive perfectamente sin comprar todos los días todos
los periódicos. Aviso a las cadenas Barceló, Sol, Zenith, Meliá… de que
ya he reservado plaza en un camping para este verano en lugar del hotel
de playa de los pasados años.
Soy un privilegiado. Tengo un buen
sueldo, excelente en comparación con el de la mayoría de mis amigos, así
que estas decisiones no son nada comparadas con las que, sí o sí, han
de tomar ellos y otros muchos millones de consumidores. Porque -señores-
no olviden que austeridad es NO COMPRAR.
Quienes hoy aplauden
entusiasmados esta reforma laboral que precariza los empleos, que
expulsa a la clase media del mercado, que destroza la esperanza de los
jóvenes más preparados que miran al extranjero como hicieron sus
abuelos, mejor harían en no recalentarse las manos con tanta ovación
porque tal vez las necesiten para cavar con ellas la tumba de los
negocios que hasta ahora les hicieron ricos.
Quien paga sueldos
nimileuristas no puede ser tan tonto como para creer que el resto de
empresas no harán lo mismo que él y que, por lo tanto, al cabo no habrá
consumidores capaces de comprar lo que él tanto necesita vender. Es
obvio. Falta solo saber cuánto tardarán en darse cuenta y a cuánta gente
habrán destrozado para entonces.
Aviso de que mi huelga particular empezó antes del 29 y que se prolongará mucho después. ¿Y la de usted? "
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