dilluns, 30 de juliol del 2012

La privacitat a la xarxa, entre la paranoia i la inconsciència


El nombre d’usuaris de les xarxes socials creix de manera imparable. Tot i així, encara hi ha qui decideix no registrar-s’hi. Segons un estudi publicat per IAB Research Spain, entre els principals motius d’aquesta abstenció s’hi troba la voluntat dels usuaris de protegir la seva privacitat. 

 Parlem amb la Gemma Galdon, Directora del Programa de Polítiques de Seguretat i del Màster en Polítiques de Seguretat de la UOC i explica: “La privacitat és allò que no saps què és fins el dia que la perds”. La majoria de xarxes socials i plataformes 2.0 ofereixen diferents opcions relatives a aquesta funció, mitjançant les quals l’usuari pot configurar la privacitat general del seu compte. Malgrat això, afirma Galdon que quan entrem en xarxes socials ens endinsem en un espai de vulnerabilitat perquè estem en un entorn que té pocs controls de seguretat del què es fa amb les nostres dades. “Els perills de perdre la privacitat són il·limitats: acabar a la presó, perdre la llibertat o els drets bàsics” diu. 

Entre d’altres, la Gemma Galdon treballa en àrees de recerca de Polítiques Públiques de Seguretat i de Vigilància i Tecnologies de Seguretat. L’objectiu és analitzar els riscos de la privacitat i estudiar la manera de mitigar-los a nivell legislatiu, tècnic i de cada usuari. “Estem en una situació paradoxal, en la qual combinem la hiperparanoia amb la inconsciència més absoluta”. D’una banda, explica, es troben aquells qui creuen que per entrar a una xarxa social els hi robaran totes les dades personals i, de l’altra, els qui tenen la inconsciència total de confiar cegament en què estan protegits. La solució, conclou la Gemma, és estar en una posició intermèdia: “Ser conscients de quina part de la paranoia és real, tenir eines per saber com protegir-nos i entendre què fan exactament les empreses amb les nostres dades, quin benefici econòmic en treuen, quina penetració judicial o policial tenen i, en base a això, articular com ens volem defensar i fins a quin punt volem exposar-nos”.

divendres, 6 de juliol del 2012

“Puede que sea necesario dejar atrás la ciudad”

La socióloga, filósofa y economista holandesa analiza el papel de las urbes en épocas de crisis

Sheila Batiz Bilbao 5 JUL 2012 , El Pais

Perfil 
Saskia Sassen (Holanda, 1949), conocida internacionalmente a partir de la publicación de su obra seminal La Ciudad Global, en 1991 (Princeton University Press), ha trabajado durante muchos años como especialista de planeamiento urbano en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Actualmente, es especialista en asuntos urbanos, profesora de Sociología en la Universidad de Chicago y profesora invitada en la London School of Economics, Reino Unido. 


Considerada una de las cinco máximas autoridades mundiales sobre la Sociedad de la Información, la socióloga, filósofa y economista holandesa Saskia Sassen (La Haya, 1949), conocida a nivel internacional por su obra La Ciudad Global (1991), ha analizado, durante su visita a Bilbao para participar en los cursos de verano BizBAK, el papel de las ciudades en épocas de crisis. Presenta, además, su libro Territorio, Autoridad y Derechos, de los ensamblajes medievales a los ensamblajes globales. Dice que es su mejor obra, mejor incluso que la que la consagró como reputada especialista en asuntos urbanos.

Pregunta. ¿Por qué se han empobrecido las ciudades de esta manera en los últimos años?
Respuesta. El manejo de las economías que los gobiernos han llevado a cabo en los últimos 25-30 años son la principal causa. Los recursos comunes de los países se han convertido en un abuso en el que se han privatizado muchos servicios públicos. Ha sido un robo sistemático de recursos que estaban en el dominio común que han pasado a espacios privados y en esos espacios privados se han desarrollado mecanismos para apropiarlos para una minoría.

P. ¿Y las ayudas de rescate?
R. Los rescates que se están dando no son para rescatar economías, son para rescatar un sistema muy específico dentro de nuestras economías. Creo que cuando Christine Lagarde con mucho orgullo dijo “este dinero va para los bancos” fue un momento de gran honestidad. Esto es un robo abierto vestido en complejidades enormes planteadas para camuflar una extracción violenta de recursos.

P. ¿Cómo pueden los ciudadanos contribuir a la reactivación de economía?
R. Creo que es importantísimo recuperar el espacio no "hiperurbano". Hay que alimentar una economía rural a base de relocalizar la producción. Es necesario recuperar la capacidad de hacer nuestras propias economías ya que es una posibilidad. Hay mucha gente cualificada que se ha quedado sin empleo, que necesita dinero y que puede hacer más. No es ninguna locura pensar en que puedan cambiar su vida desplazándose al campo y tratando de generar su propia economía. La situación es crítica en muchas partes de España y hay mucha tierra fértil, hay que aprovecharla.

P. Ello supondría dejar atrás la ciudad, algo inconcebible para muchos.
R. La ciudad significa tener muchas posibilidades, pero hay que saber reaccionar. Hay que plantarle cara a la situación y si es necesario dejar atrás la ciudad habrá que hacerlo. En el País Vasco cada vez son más quienes están tomando la decisión de hacerlo y es una magnífica idea. No creo que haya que desplazar las ciudades pero si ver donde pueden existir opciones de progreso.

P. ¿Será posible llegar a recuperar la situación previa a la crisis?
R. Hemos empobrecido activamente y no podemos recuperar lo que se construyó a través de 70 años de luchas sindicales. Los bancos están sentados sobre trillones de dólares pero ya no conceden créditos. Este ya no es su espacio económico, ya no les interesa. Ahora las grandes financieras son las grandes compradoras de hectáreas de tierras. Estados Unidos, China y Ucrania son pioneros en esto y el resto de los bancos comenzarán seguro a especular sobre tierras ya que son el mejor recurso. El juego económico está ahora en otro espacio, no en la clase media. Va a ser necesario reinventarse una economía. Los desempleados tienen que hacer economías y territorio. Hay que reinventar los proyectos de supervivencia y hacerlo con inteligencia. Los ciudadanos tienen que agarrarse a la economía social y dejar de depender de los proyectos de los bancos.