dilluns, 26 d’agost del 2013

“El capitalismo no se puede cambiar, se tiene que destruir”

  • La diputada islandesa pretende convertir su país en un refugio seguro para informadores
Birgitta Jónsdóttir, en un banco cercano al Parlamento. / HALLDOR KOLBEINS  (AFP)
Birgitta Jónsdóttir (Reikiavik, 1967) es una luchadora optimista. Una mujer convencida de que el siglo XXI será el de la gente corriente. El siglo en el que la ciudadanía despertará para cambiar las reglas del juego. Desde hace años centra su lucha en garantizar el acceso de los ciudadanos a la información, a los hechos, para que puedan tomar decisiones. Diputada islandesa, excolaboradora de Wikileaks y poetisa, ha hecho de la libertad de información y expresión su bandera, y preside el International Modern Media Institute, una iniciativa que pretende convertir Islandia en un refugio seguro para informadores y filtradores.

“Tenemos que colaborar para ir contra la corriente”, dice en conversación telefónica desde la capital islandesa. “Hay mucha gente que no quiere ser parte de este monstruo que hemos creado en el nombre del capitalismo”.

Jónsdóttir habla con un tono de voz muy tranquilo y se ríe a menudo de sus propias ocurrencias. Sus respuestas denotan que, en cierto modo, pertenece a la escuela de los que piensan que el método es el camino. “Yo no tengo todas las soluciones, gracias a Dios, pero creo que si recabamos las ideas que se están poniendo a funcionar en muchos sitios del mundo, podemos crear muchos modelos distintos para sociedades distintas”.

Fue a finales de 2009 cuando esta mujer de 46 años decidió lanzarse al ruedo político. La indignación de los ciudadanos islandeses estaba en lo más alto tras el colapso financiero. No dudó en involucrarse en la creación de El Movimiento, un partido nacido al calor de las protestas ciudadanas. En apenas ocho semanas consiguieron un 7% de los votos.

“Las crisis son geniales, lo mejor que puede ocurrir: son la única fuerza que mueve a la gente a unirse y pedir cambios”

A finales de 2012 puso en marcha el Partido Pirata islandés, con el que consiguió tres escaños en las elecciones de abril. Libertad de información y de expresión, democracia directa, privacidad y reformas de las leyes de patentes y derechos de autor son algunas de las batallas de su nueva formación.


Pregunta. ¿Qué es lo que los líderes del mundo aún no han entendido?


Respuesta. No han entendido que estamos en el siglo XXI y que nuestro modo de comunicarnos y de compartir información lo ha transformado todo radicalmente. No entienden que se está produciendo una revolución de la información que va muy rápido. Pero sí que han entendido cómo abusar de esas nuevas formas de comunicación que utilizamos, invadiendo nuestra privacidad, socavando los cimientos de nuestras democracias. Vivimos en un mundo en que el periodista ya no puede proteger a sus fuentes, donde los médicos no pueden garantizar la privacidad de sus pacientes… Los líderes mundiales no entienden el daño que están causando. Tampoco comprenden el significado de las palabras sostenibilidad o transparencia.

Jónsdóttir está experimentando con fórmulas de democracia directa desde las filas del Partido Pirata. Los ciudadanos ya pueden enviar a su formación propuestas para que sean trasladadas al Parlamento a través del programa Better Iceland. Las cinco más votadas serán presentadas. El programa está en pañales, pero en octubre comenzará a funcionar. “Lo que queremos conseguir es esa idea de la democracia líquida. Todos estamos viendo, en todo el mundo, que nuestros sistemas no funcionan porque fueron creados hace mucho tiempo, en sociedades muy distintas a la nuestra”. Dice que la democracia representativa está agotada, que los representantes del ciudadano no tienen que ser políticos profesionales. “¿Cómo hacemos para conseguir que la gente en general pueda participar en la cocreación de las sociedades en que vivimos? Tenemos que ir hacia estructuras más pequeñas y al mismo tiempo necesitamos poder transferir nuestro voto a personas en las que confiemos”.

P. Además de mejorar los mecanismos de democracia directa, ¿qué más habría que hacer?


R. Lo fundamental es empezar, ya mismo, a pensar qué futuro queremos tener como humanidad. Todo el mundo entiende qué es lo que va mal, pero muy poca gente tiene soluciones. Tenemos que reunir a todos los visionarios, a la gente que está buscando salidas. Yo no quiero que el futuro sea crear una colonia en Marte, y sé que todavía tenemos tiempo para darle la vuelta a todo. Nuestras sociedades están completamente rotas.

P. Pero, ¿qué medidas concretas habría que adoptar? ¿Qué habría que hacer hoy, por ejemplo, con respecto a la economía?

R. Tenemos que rehacer el sistema. Yo lo que estoy haciendo, y por eso intenté entrar en el Parlamento por un corto periodo de tiempo, es tratar de comprender cómo funcionan las cosas para evitar cometer los mismos errores que los demás y poder así encontrar maneras de desmantelarlas. Lo que considero más urgente es encontrar el modo de salir de este increíble y loco consumismo y hallar vías sostenibles para nuestras comunidades. En temas económicos, me pregunto: ¿por qué no hay más sitios que funcionan como Mondragón —empresa basada en la cultura cooperativista en la que el capital es un instrumento subordinado al trabajo—? Necesitamos visionarios, contadores de historias, académicos, ciberpunkis, hackers… Y tenemos que involucrar a los más jóvenes.

P. ¿Qué lecciones se pueden extraer de toda la crisis que se ha vivido en su país?

R. Aquí empezamos muy bien, tras la crisis pusimos ideas en común para ver qué podíamos hacer para evitar que se produjera otra. Ustedes tuvieron una muy buena experiencia en España, cuando tuvieron su movimiento de mayo y consiguieron que gente de grupos muy distintos trabajaran juntos. Pero el error que cometieron fue el de no plantar nuevas semillas en el Parlamento y en los lugares donde se toman las decisiones; porque no se pueden cambiar las cosas solo desde fuera; es necesaria la presión desde dentro. Hay que tener a activistas normales en los centros de poder que estén dispuestos a entrar durante un corto periodo de tiempo para usarlos como una plataforma en la que recabar información y crear un puente con la gente, por ejemplo. Pero en Islandia no fuimos lo suficientemente rápidos, de modo que la Constitución que queríamos reescribir parece que no será reescrita. El Gobierno que tomó el poder fue muy lento y quiso hacer demasiadas cosas a la vez, en vez de centrarse en cómo cambiar la infraestructura, que es una prioridad.

P. Y con el nuevo Gobierno de David Gunnlaugsson esto no va a ocurrir.

R. Tenemos un Gobierno tremendo. La ventana de oportunidad para el cambio, durante una crisis, es pequeña y se abre y se cierra muy rápido. Aquellos que en el mundo queremos un cambio tenemos que estar preparados para la siguiente crisis, tener los textos legales, conocer las infraestructuras y saber utilizar estas crisis, porque tendremos más. Las crisis son geniales, son lo mejor que puede ocurrir: son la única fuerza que mueve a la gente a unirse y pedir cambios. Es el único momento en que la gente no teme el cambio, porque siente que ya hay uno en marcha y lo abraza. Puede ser un cambio a peor, con el que la gente esté dispuesta a sacrificar sus derechos; o puede ser a mejor, para reclamar más derechos.

P. ¿Hay que cambiar el capitalismo, por ejemplo? ¿Es el capitalismo el problema?

“No se pueden transformar las cosas solo desde fuera. Hacen falta activistas normales en centros de poder”

R. El capitalismo no se puede cambiar, se tiene que destruir, destrozar. Pero no quiero ningún ismo, no hay un solo sistema que sea la solución. Lo único que sí que hay que hacer es ser más sostenibles en nuestras comunidades. Tenemos que ser conscientes del coste que supone lo que consumimos; del problema de las pensiones: con tanta gente joven desempleada, ¿quién va a pagar las pensiones en los próximos 20 años? Es obvio que nuestros sistemas no funcionan, así que tal vez tengamos que volver atrás y ver qué es lo que funcionaba antes…

P. Cuando dice volver atrás, ¿a qué se refiere?

R. No soy tan vieja, aunque soy un poco vieja, pero crecí en una familia en la que mi bisabuela vivía con nosotros, nunca tuve que ir a la guardería; y no soy una inadaptada social por ello. No sé qué ha pasado con toda la sabiduría que tenían mis ancestros. La gente ya no sabe hacer salsas; las compra empaquetadas. Tal vez tengamos que volver atrás y recuperar conocimientos que se perdieron. Igual no debemos mandar a los mayores a residencias, porque es horripilante lo que pasa allí, están siendo privatizadas, no les cuidan bien… Tenemos que volver a los valores de sociedades más pequeñas, y cuidar los unos de los otros, porque el sistema no se va a ocupar de nosotros.

Cuatro ideas

  • ¿Una voz alternativa que debería ser escuchada? Vandana Shiva, de India.“Aúna dos mundos muy interesantes. “Es científica; y una persona realmente compasiva”. 
  • ¿Una idea o medida concreta para un mundo mejor? “Tenemos que comprender adónde queremos ir y cómo llegar a ello. Quiero que todo el mundo piense en esto y que lo comparta”.
  • ¿Un libro? This machine kills secrets (Esta máquina mata secretos), de Andy Greenberg. “Es sobre criptografía. Greenberg fue de los primeros en recalcarla importancia de nuestra privacidad en la Red”.
  • ¿Una cita? “Es mejor ser odiado por ser quien eres que ser amado por ser quien no eres”.
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diumenge, 11 d’agost del 2013

“Hay que crear nuevas formas de participación directa”

El País / JOSEBA ELOLA Lisboa - 11/08/2013
  • Tarso Genro es Gobernador de Río Grande del Sur (Brasil) y una referencia mundial para los que abogan por la 'tecnopolítica'
Tarso Genro tras su entrevista con El País en Lisboa. / FRANCISCO SECO


Los ciudadanos de Río Grande del Sur no estaban contentos con las prestaciones sanitarias. Consideraban que había grandes carencias en la red asistencial de su Estado, de diez millones de habitantes, uno de los 26 que componen Brasil. Tuvieron la suerte de contar con un mecanismo de participación directa para expresarlo. El año pasado, el Gobierno regional les invitó a pronunciarse sobre las prioridades que debían seguir los presupuestos. Mediante Internet, votaron que se destinara un 12% de la recaudación a la sanidad, cuando hasta entonces solo se asignaba un 5,7%. Y así ha sido en 2013.

Tarso Genro esboza una sonrisa de satisfacción al contarlo. El exministro de Justicia y de Educación de Lula, de paso por Lisboa para unas jornadas sobre participación ciudadana, aparece con una insignia del PT, el Partido de los Trabajadores, prendida en la solapa. El político brasileño, de 66 años, es el gobernador de Río Grande del Sur desde 2011 y toda una referencia mundial para los que abogan por la tecnopolítica, por la participación de los ciudadanos en las decisiones mediante tecnologías digitales. Su compromiso con la voz de la ciudadanía arrancó en 1990, cuando era vicealcalde de Porto Alegre. Fue en aquel año cuando puso en marcha los presupuestos participativos, mediante los cuales el ciudadano empezó a influir en la decisión de qué calle se asfaltaba o en cuál hacían falta más farolas.

Pregunta. ¿Considera usted que la democracia participativa será capaz de frenar la creciente desafección hacia la clase política?

Respuesta. La cuestión es más profunda que una desafección a la política. Lo que ocurre, en mi opinión, es que hay una visión consolidada en una gran parte de la población de la inutilidad de la política. Hubo una captura de la política por parte del poder financiero globalizado. Los Gobiernos se mueven por una lógica que obedece a esta captura. Los partidos tienen un margen decisorio muy pequeño porque la lógica financiera del presupuesto fue capturada por las necesidades del pago de la deuda. ¿Qué papel desempeñan los presupuestos participativos en este contexto?: suponen una relegitimación permanente del poder político. Hoy la representación política pierde su valor el día que los miembros de un ejecutivo toman posesión de sus cargos; no pueden cumplir sus programas. Yo creo que la democracia representativa ha sido superada en la modernidad: la distancia entre representante y representado se ha tornado absoluta. Hay que combinar democracia representativa con democracia directa.

P. ¿Y cómo se sale de esa captura de la política por parte de los mercados financieros?

R. La situación en Portugal es distinta de la de Brasil. En Portugal la demanda más radical que se puede hacer, en mi modesta opinión, es articular un bloque político y social que diga: “No pagamos esta deuda, queremos reorientarla, reestructurarla; queremos separar la deuda verdadera y justa de la deuda injusta y manipulada por los mercados”.

P. ¿Y cómo se dirime qué parte de esa deuda es justa?

R. Se puede hacer mediante estudios de peritos. Existe una deuda que es real, contractual; y otra deuda que es una manipulación de los mercados. Esto es una decisión política. Sin la renegociación de esa deuda no hay salida democrática. En mi país es diferente: nosotros tenemos que desarrollar un modelo de crecimiento económico y social que nos permita liberarnos progresivamente de una deuda que absorbe el 40% de la recaudación. Son formas de ruptura con la situación actual que tienen que ser negociadas si conseguimos que ocurran en el marco de la democracia; porque si no, vamos a tener una serie de explosiones sociales que no sabemos adónde nos pueden conducir.

Tarso Genro es un hombre de discurso apasionado. Despliega las manos mientras habla, quiere convencer. Sus gestos son los del que tiene claro que lo que dice es fruto del puro sentido común. Asume que las democracias parlamentarias también tienen “su lógica autoritaria y excluyente”. Y ahonda en su análisis: “La democracia representativa se fue vaciando hasta vaciarse del todo y generar un alejamiento completo entre Estado y sociedad. Y la izquierda no se preocupó de renovar en profundidad la democracia”.

Fue alcalde de Porto Alegre entre 1993 y 1997, y entre 2001 y 2002. Su apuesta por la democracia directa fue creciendo al ritmo de las tecnologías digitales. Este respetado verso suelto del PT brasileño, con 53.000 seguidores en Twitter, hace funcionar a pleno rendimiento su Gabinete digital, una herramienta que permite a los habitantes de Río Grande del Sur pronunciarse sobre prioridades políticas, controlar el ritmo al que van las obras, responder a las consultas que se le hacen o pedir cuentas directamente al gobernador a través de un portal.

P. Paralela a la desafección hacia la clase política discurre la corrupción, que afecta tanto al partido en el Gobierno en España como al de la oposición, como a su propio partido, el PT, en Brasil. ¿A qué atribuye la rampante corrupción que afecta a tantos responsables políticos?

R. Siempre va a haber corrupción, en mayor o menor medida. Pero la que vemos ahora en Estados y partidos es consecuencia de todas las políticas neoliberales que permitieron las desregulaciones, las privatizaciones y la captura del Estado por parte del capital financiero. Siempre ha habido corrupción en Estados democráticos, pero no con la extraordinaria dimensión de los últimos 30 años. Tras cada negocio que se hace con una privatización, aparece poco después el proceso de corrupción que estaba en su base.

P. ¿La corrupción se debe a los procesos de privatización?

R. Determinantemente, sí. La explosión de la corrupción se debe a las privatizaciones, a la privatización de los procesos políticos, y a la injerencia brutal del capital en la financiación de los partidos para mantener sus objetivos. De todos modos, hay que decir que no habrá jamás un Estado puro, ni ninguna comunidad pura.

P. El Estado del Bienestar que tantos años costó construir…

R. Jamás será restaurado.

P. ¿Eso cree usted?

R. El Estado de bienestar fue producto de un contrato político entre capital y trabajo, que organizaron un sistema de protección. Pero este sistema no fue acompañado de políticas fiscales en el mundo desarrollado, de modo que la socialdemocracia tuvo que endeudarse para mantener las conquistas sociales. Debemos pensar en un nuevo contrato social que contemple un sistema de protección que combata desigualdades sociales.

P. Con la experiencia que usted tiene con las fórmulas de participación directa de los ciudadanos en la política, ¿qué le recomendaría a un gobernante que quisiera abrir este tipo de cauces?

R. Para el gobernante este tipo de fórmulas resulta agotadora porque tiene que participar directamente en ellas para que resulten fiables. Pero es algo que hay que hacer. Hay que combinar cámaras de concertación estratégica, participación presencial, participación digital y consejos regionales específicos, que es donde están las personas que conocen bien su región. Es fundamental prestar atención a los Consejos de Desarrollo Económico y Social, que son consejos que no deciden por mayoría, sino por convergencia, por concertación.

P. ¿Qué peligro hay de que los procesos de participación ciudadana que ustedes han puesto en marcha terminen siendo un simple instrumento de marketing político?

R. Es un peligro permanente. Procesos de esta naturaleza solo son durables y sostenibles en el tiempo si la ciudadanía se apropia de ellos. Son como cualquier otra conquista democrática: puede ser manipulada, puede ser bloqueada, o revalorizada. Ahí entra en juego el desafío de la imaginación, el desafío de la creatividad política. Y hay que contar con la creatividad política de la propia ciudadanía.

P. ¿Hacia dónde camina el mundo en el que vivimos? ¿Es usted optimista o pesimista con respecto al futuro?

R. Confieso que, a mis 66 años, soy más pesimista que optimista. Pero creo que es posible construir salidas dentro de la democracia. Porque habrá una salida a la situación actual; podrá ser una salida autoritaria, o una quiebra del Estado democrático hacia una situación indeterminada. Tenemos un tercio de posibilidades de crear salidas para recomponer la democracia con nuevas formas de participación directa. Si no construimos caminos en esa dirección es posible que asistamos a explosiones y transformaciones económicas y sociales incontrolables, de las que se apropiarán algunas formas de autoritarismo.

Cuatro ideas 

  •  ¿Una voz alternativa que debería ser escuchada?
    "Para el proceso de combinación de la democracia virtual con el presupuesto participativo me inspiraron mucho los trabajos del sociólogo Manuel Castells".
  • ¿Una idea o medida concreta para un mundo mejor?
    "Abrir el Estado de manera total y completa; desmontar su opacidad contando con la participación directa de la ciudadanía".
  • ¿Un libro?
    La autobiografía de Nelson Mandela, El largo camino hacia la libertad. "Es el libro político más importante que leí en mi vida".
  • ¿Una cita?
    "'La acción ha enterrado la filosofía'. Esta cita resume lo que no debemos hacer. La pronunció Mussolini".

dissabte, 10 d’agost del 2013

"El fracking es una burbuja como la inmobiliaria, sólo que dura menos tiempo"

Raquel Ligero - Castellar del Vallès,  09/08/2013, eldiario.es.
  • Entrevista a Antonio Turiel, científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
  • "Las compañías americanas que se dedican a la extracción de gas de 'fracking' llegaron a perder 10 mil millones de dólares cada trimestre durante el 2010 y el 2011"
  • "Las energías renovables están enormemente sobreestimadas, haciendo las cosas muy bien podemos aspirar a que sólo nos den un 10 o un 15% de lo que consumimos actualmente"
Antonio Turiel, durante la entrevista en Cal Gorina (Castellar del Vallès), en el marco de una charla que
ofreció ante un centenar de personas. /XAVIER ARDERIUS

Antonio Turiel es físico e investigador del CSIC con una firme voluntad transformadora. Los datos le han demostrado que es necesario un cambio radical de rumbo y apostar por otro modelo económico que se aleje del crecer por crecer y, además, a ritmo desenfrenado. Las materias primas se agotan, las energías renovables no generarán suficiente rendimiento para seguir el ritmo del sistema y métodos como el fracking huelen a ‘estafa’. Hay que parar, analizar datos y girar el timón.

Cuando se habla de los motivos de la crisis económica siempre llegamos a las mismas conclusiones: que si la burbuja inmobiliaria, que si los ciclos económicos... Pero usted nos plantea algo totalmente diferente: centra las causas en el sistema energético...

El problema principal con que nos encontramos es la sostenibilidad de nuestro sistema económico. Estamos ante un modelo que se basa en el crecimiento exponencial y sistemático del Producto Interior Bruto (PIB) para generar empleo y lo aceptamos de manera acrítica. Esto implica que cuanto más tienes, más debes aportar. Es decir: con un crecimiento del 2'8% -que se consideraría normal-, duplicas el PIB cada 25 años y esto es un ritmo muy elevado.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE), entre otros, corrobora que para que haya un crecimiento de la economía debe haber un crecimiento del consumo de energía. Entonces, para poder crecer a estos ritmos exponenciales, la disponibilidad de energía que consumimos cada año debe crecer también exponencialmente.

¿Y qué pasa cuando estas fuentes de energía están llegando a sus límites?
Debemos entender que los problemas no comienzan el día que se escurre la última gota de petróleo, lo hacen cuando la producción de petróleo no es capaz de seguir el ritmo desenfrenado que nuestra economía requiere. Y esto, de hecho, ha empezado a pasar ya, concretamente en 2005, antes incluso del comienzo oficial de la crisis.

Es lo que se conoce como el peak oil...
Sí, es el momento en que la producción de petróleo ya no sube más y, tarde o temprano, comienza a decrecer. Es una situación que ya no se puede revertir porque para extraer petróleo, que además es cada vez más inaccesible y de peor calidad, se necesita gastar más energía y hay una cosa clara: en el momento en que cueste más energía extraer la materia prima que la que ella nos pueda devolver después, ya no tiene sentido.

Y, como comentaba, hace 8 años que tocamos el límite.
Sí, con el petróleo fue en 2005. Ahora se encuentra en una declinación ligera pero en menos de 5 años la tendencia comenzará a decrecer muy rápidamente. Aún así, existen sucedáneos del petróleo, que no tienen la misma rentabilidad, donde todavía el peak oil está un poco escondido.

El problema, por eso, no es privativo del petróleo. ¿Qué pasa con el gas natural, con el carbón y el uranio?
Estas tres materias primas aún no han alcanzado su máximo, pero se estima que lo hagan de aquí a 2020. Y debemos tener en cuenta que el combinado de petróleo, gas, carbón y uranio espera que alcance su máximo en 2018. Pienso, sin embargo, que comenzará a disminuir antes, ya que para la extracción de estas materias primas se requiere el petróleo y este es el que tiene una peor proyección.

Una de las consecuencias de este horizonte finito de las materias primas no renovables, que suponen el 92% del consumo de energía actual, es la utilización de métodos de extracción cada vez más agresivos, como es el caso del fracking...
El fracking es una estafa a gran escala. Se está intentando vender la idea de que es una fuente de energía que nos liberará de nuestra dependencia energética exterior, cuando en el fondo en los EE.UU. se ha demostrado que ha sido una manera de arruinarse muy efectiva. Las compañías americanas que se dedican a la extracción de gas de fracking llegaron a perder 10 mil millones de dólares cada trimestre durante el 2010 y el 2011, y en 2012, 10 millones de dólares al año. De hecho, la mayoría de empresas que se dedicaban a ello han quebrado.

Parece que estos datos no lleguen aquí... Más bien al contrario...
Fácil. Se está intentando confundir a la opinión pública vendiendo la idea de que esto puede ser una salvación. Pero es un recurso de muy mala calidad, que cuesta mucho de explotar, que puede no ser rentable y que, además, dura muy poco.

¿Y por qué el gobierno catalán y español insisten en dar crédito a esta opción?
Me atrevería a decir que el fracking es una burbuja como la inmobiliaria, sólo que dura menos tiempo. El problema es que tiene unas consecuencias medioambientales que no son despreciables. Escuchar declaraciones del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, diciendo que es una revolución energética y que supondrá cosas maravillosas para España sólo te hace pensar dos cosas: o está muy mal documentado o...

¿O qué?
Yo me limito a dar datos...

El problema de fondo está claro: vivimos en un mundo finito, pero el sistema económico que nos abarca se basa en un crecimiento infinito. ¿Las energías renovables tienen la clave?
Aquí encontramos otro obstáculo. Las energías renovables están enormemente sobreestimadas. Es evidente que en un futuro a largo plazo no tendremos nada más que eso, pero haciendo las cosas muy bien podemos aspirar a que sólo nos den un 10 o un 15% de la energía que consumimos actualmente. También hay que decir que quizás no deberíamos que consumir tanta, por eso. El problema es que nuestro sistema está viciado desde la base y es lo que tenemos que cambiar.

¿Entonces la única vía pasa por cambiar el sistema, entiendo?
Es evidente. Como no queremos oír hablar de modificar el sistema económico buscamos fuentes de energía milagrosas, pero en el fondo tampoco podrían sostener un ritmo infinito en un planeta finito. Acabaríamos chocando nuevamente contra algún límite. Y no nos detenemos a pensar que quizás el error de base es el propio sistema.

Bueno pues, dibujemos la transición...
Aquí está la gran dificultad. Es relativamente sencillo plantear las características a las que queremos llegar: un sistema de economía estacionaria, de circuito cerrado, con energías renovables y donde todo se optimice al máximo y que se favorezca el cumplimiento de las necesidades y no el consumo por el consumo. Pero el reto es el momento de paso. Pienso que hay que empezar por sensibilizar a la población, porque los expertos ya son conscientes. Lo que pasa es que no se quiere sacar el debate a la calle para no generar miedo y desestabilizar los mercados aún más.

Hay pues, dos grandes retos: por una parte, romper los esquemas preestablecidos de la ciudadanía y, por otro, una cuestión de voluntad política.
Yo no creo que el problema venga de la ciudadanía. La verdadera resistencia es que los poderes económicos creen que tienen mucho que perder -aunque tienen más que perder aún si no se hace el cambio- y se oponen con mucha fuerza a cualquier idea que implique unos límites. Y los políticos están tan influidos por los grandes lobbies de poderes económicos que no tienen margen de maniobra y terminan actuando al dictado.

Ante ello, ¿qué puede hacer la ciudadanía desde la base?
Exigir el cumplimiento estricto de la ley y poner sobre la mesa un debate claro de cuáles son los límites y de la necesidad de un cambio en el sistema.

dimecres, 7 d’agost del 2013

La crisis salva a la naturaleza

El País, 30 juliol 20103, Juana Viúdez
  • El freno a la expansión del cemento da una tregua a parajes verdes y especies amenazadas 
  • Los ecologistas piden el rescate del suelo urbanizable sin edificar 
  •  Iluminación donde no hay nadie 


La locura del ladrillo hizo que España fuera el país europeo que más suelo urbano fabricó entre 2000 y 2006, según un reciente estudio de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA por sus siglas en inglés). Una serie de mediciones tomadas por satélite han permitido concluir que acaparó en este periodo el 24% del terreno que se urbanizó en la Unión Europea. Le siguen Francia, con un 12% y Alemania, con un 9%. La crisis ha conseguido frenar esta tendencia, para alivio de las tierras verdes y de cultivo y algunas de las especies que viven en ellas. Pero ha dejado suelo calificado como edificable para 35 o 40 años, a un ritmo medio bajo de unas 150.000 viviendas anuales, según datos del Sistema de Información Urbana, dependiente del Ministerio de Fomento. O sea, 709.577 hectáreas rescatables para la naturaleza.

Esa gran bolsa urbanizable es la que los ecologistas quieren rescatar aprovechando el parón del ladrillo. Es decir, volver a calificar como suelo rústico aquel para el que no se prevea un uso inmediato. No será fácil, hay dinero por medio, o la promesa de dinero futuro. “Ese suelo ya clasificado tiene unos valores de mercado, que también se han colocado junto a los activos tóxicos, y revertir esta situación generaría una pérdida de valor muy notable”, explica Rafael Mata Olmo, catedrático de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad Autónoma de Madrid. Tampoco podría hacerse aludiendo simplemente a que no hay expectativas de desarrollo o que tienen un gran valor ambiental, añade. El proceso, lento, requeriría en muchos casos acudir a los tribunales.

En la organización Seo BirdLife recuerdan sus intentos infructuosos para comprar terrenos agrícolas en la zona de Alcalá de Henares (Madrid) con la intención de recuperar al cernícalo primilla. Les fue imposible. “Los propietarios no perdían la esperanza de que ese suelo fuera recalificado y conseguir un mayor aprovechamiento”, explica Juan Carlos Atienza. La organización conservacionista, muy activa judicialmente, detecta ahora, sin embargo, “cierto interés judicial” por revisar los suelos catalogados como urbanizables y volver a protegerlos. “Venimos solicitando que se preserven y por lo general se concede”, dice Atienza. La ONG también ha pedido a los partidos políticos que se incluya una cláusula en la Ley del Suelo para que toda superficie urbanizable que no se haya desarrollado en 10 años vuelva a su estado habitual.


Los dueños de parcelas rústicas aguardan una posible recalificación

“Nuestro estilo de vida asociado a un gran consumo está presionando la tierra”, asegura Hans Bryninckx, director de la Agencia Europea del Medio Ambiente. Pero más allá de la proporción de tierra que se cubre con cemento hay otro efecto: las carreteras y otras infraestructuras están erosionando progresivamente hábitats muy valiosos con grandes consecuencias para las especies más amenazadas de Europa.

En el caso de España, las zonas urbanas han usurpado terrenos principalmente agrícolas. Las más afectadas por la ocupación artificial han sido Madrid, la costa mediterránea (Alicante, Valencia, Murcia, Islas Baleares y especialmente Castellón), áreas estratégicas de Zaragoza, zonas próximas a grandes núcleos, como Toledo, o ciudades que partían con una ocupación muy baja, entre las que destacan Ourense o Valladolid. Estos crecimientos, advertidos en un trabajo de Cristina Zamorano realizado en 2012 para el extinto Observatorio de la Sostenibilidad de España, se han confirmado en el mapa recientemente trazado por la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Además de atentar contra especies amenazadas, la construcción desenfrenada ha invadido superficies inundables (lechos de ríos o primeras líneas de playa) y se han agravado los efectos de las catástrofes naturales como inundaciones o grandes nevadas. “La Ley de Suelo de 1998, del PP, no especificaba claramente que no se puede construir en zonas afectadas por riesgos naturales”, apunta Jonathan Gómez Cantero, climatólogo experto en riesgos naturales. “Ahora no hay municipio mediterráneo que no tenga un cauce construido y eso aumenta enormemente la vulnerabilidad de las personas”, añade.

Un buen planeamiento urbanístico no evita por completo las inundaciones, pero puede hacer que no sean catastróficas. Gómez Cantero pone como ejemplo las últimas inundaciones en el Pirineo, donde hay también riesgos de desprendimiento. “En Castro Urdiales (Cantabria), por ejemplo, había una urbanización frente al mar que se promocionaba con el eslogan ‘te salpicarán las olas’: me parece increíble”, se lamenta.

En 2004, España llegó a construir 600.000 viviendas, más que en Alemania, Francia e Italia. “El crecimiento no tenía límites”, describe Sebastián Grau, presidente de la Asociación Española de Técnicos Urbanistas. Ahora el panorama es distinto. Los esfuerzos del sector se concentran en la rehabilitación, en que las ciudades crezcan hacia dentro. En junio, el Gobierno aprobó la Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbana. En el preámbulo de la norma se considera “muy difícil” que a corto o a medio plazo los sectores de la construcción e inmobiliarios puedan seguir transformando suelos vírgenes y construyendo vivienda nueva. Hay 723.043 viviendas vacías.

El gran reto es recuperar el entorno. Mientras los constructores se atrincheran, guardando posiciones y esperando mejores años, ecologistas y geógrafos reivindican la necesidad de proteger el excedente de suelo urbanizable. “Es un terreno abonado para la construcción masiva, una bomba latente”, contempla Luis Jiménez, exdirector del Observatorio de Sostenibilidad de España. La vuelta al verde original es una misión titánica. “Una vez que se ha puesto un ladrillo es casi imposible quitarlo”, asevera Mario Rodríguez, de Greenpeace.

Iluminación donde no hay nadie

En tiempos en los que los Ayuntamientos no cuentan con plusvalías de la construcción para mejorar los servicios que se prestan a los ciudadanos toca racionalizar y reclasificar. La tendencia urbanística es crear redes urbanas más tupidas donde los servicios sean más económicos, recuperar centros históricos o ensanches y favorecer políticas de alquiler.

En la Asociación Española de Técnicos Urbanistas hablan de una paralización de los nuevos procesos de ocupación. “Hay miedo a hacer comunidades de vecinos”, dice Sebastián Grau, su presidente.

Una macrourbanización con apenas una decena de residentes tendría unas cuotas enormes, independientemente del miedo a los impagos. El último informe del Defensor del Pueblo alerta de un incremento de las quejas de ciudadanos que viven en urbanizaciones sin consolidar, en las que no pasa el correo o no cuentan con los servicios más esenciales porque no hay dinero ni población suficiente para contratarlos.

De 2000 a 2006, el suelo ocupado se incrementó en 30.000 hectáreas por año, a un ritmo de 3,37 hectáreas por hora, según datos de un estudio de 2012 del desaparecido Observatorio de la Sostenibilidad de España. “Estamos pagando por ese modelo, pero todavía no hemos valorado bien esa ocupación y sus consecuencias”, cree Luis Jiménez, exdirector de este organismo. El caso de Seseña es uno de los más palpables.

Un estudio de la Universidad Complutense, realizado con datos de 2012, concluye que el gasto lumínico se ha duplicado en los últimos cinco años. Donde resulta más caro es en los municipios de menos de 200.000 habitantes, que quisieron competir con las grandes ciudades, donde resulta mucho más barato tener luz.

dimarts, 6 d’agost del 2013

Via Catalana, comunitat humana per la independència i la justícia social


El bloc de Jordi Navarro, regidor de la CUP a l'Ajuntament de Girona, 5 d'agost de 2013

S'apropa l'Onze de Setembre, i un nou repte es dibuixa a l'horitzó. Enguany, una gran cadena humana dibuixarà a Catalunya, i a bona part del País Valencià i Catalunya nord, una gran comunitat humana que aposta per l'emancipació. Una bona notícia que visualitzarà que la catalanitat no es limita a les quatre provincies principatines.

En uns temps on domina l'individualisme, la cobdícia i el tansemenfotisme, és un raig d'esperança que tot un país es mobilitzi per un ideal col·lectiu, un repte compartit per milions de persones. l'ANC és qui ha vehiculat la proposta i a hores d'ara hi ha milers de voluntaris treballant incansablement arreu del país per tal que la cadena humana sigui un èxit. Èxit que tornarà a despertar l'interès de bona part de la comunitat internacional i que ens pot empènyer amb força cap a un horitzó de llibertat nacional.

Per això, l'esquerra independentista ha treballat de valent per donar contingut social a la cadena i des de la pluralitat organitzativa del país s'ha apostat per sumar esforços amb col·lectius, entitats i persones que a priori no es proclamen independentistes però que aposten pel dret a decidir i sobretot per la voluntat de construir comunitat humana en un país que no vol perdre drets socials i humans.

Era imprescindible dotar de contingut social la cadena humana, entre d'altres coses perquè hi ha cada cop una majoria més nombrosa que no entén l'alliberament nacional sense l'alliberament social ( jo en soc un d'ells!) A Barcelona, Procés Constituent s'afegirà a la cadena humana i encerclarà l'edifici de la Caixa com a símbol de denúncia del poder financer que roba la sobirania nacional i popular al poble. I a Girona, la XDS encapçalarà un encerclament a l'edifici de l'hospital Trueta, per denunciar les retallades i reclamar un país lliure i just socialment.

Algunes veus ja han denunciat que les cadenes humanes socials paral·les restaran força a la cadena "oficial" però a mi això em sembla simplement una petita ximpleria. Precisament del que es tracta és de sumar gent, i cal valorar positivament que gent que no se sent atreta pel discurs nacional "neutre" socialment parlant de l'ANC, es troba més còmode participant en espais on el discurs social és prioritari. El poble català és divers i plural i cal trobar espais on poder canalitzar les protestes socials que cada cop s'expressen amb més força i majoria al nostre país. La cadena humana social de l'Onze de setembre és una oportunitat única per conjuminar discurs nacional i social.

Per tant, endavant amb la cadena humana, endavant amb la lluita i endavant cap a la independència per canviar-ho tot!

dilluns, 5 d’agost del 2013

'Sóc producte de les retallades i de la covardia dels polítics'

Autor/s: Roger Cassany - Vilaweb

El cas de Joan Calsapeu, de 64 anys, ha treballat tota la vida i ara pot ser desnonat en qualsevol moment · 'Mai no m'hauria imaginat que em pogués passar a mi'
Joan Calsapeu (Romaní de Mata)
'Mai no m'hauria imaginat que em pogués passar a mi'. Amb aquestes paraules Joan Calsapeu, de 64 anys i de Mataró, un dels primers blocaires de VilaWeb, conegut com Romaní de Mata, i un dels membres més actius de +VilaWeb, descriu la situació en què es troba. Ha treballat tota la vida, 'des dels catorze anys fins als 56, sense parar'. Durant vint-i-sis anys ha fet de comercial com a autònom en el camp de la telemàtica. Després es va veure obligat a treballar en negre en plena bombolla immobiliària, fins que va esclatar. Sense feina des d'aleshores, ara ja fa mesos que no pot pagar les factures, ha passat setmanes sense aigua per impagaments i s'ha manifestat més d'una vegada davant de l'ajuntament de Mataró amb la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca de Mataró (PAH). Pot ser desnonat en qualsevol moment.

És una de les cares de la crisi. I de les retallades: un canvi de la llei, el 2011, en una enèsima retallada, el va condemnar a no rebre cap mena de prestació. Ha escrit desenes de cartes i instàncies a la Generalitat, a l'ajuntament, al Síndic de Greuges... La resposta? La llei és així i, si vol, pot anar a un refugi social, on l'atendran. Però ell no es rendeix i reivindica el seus drets, perquè té clar que el país que volem també ha ser el seu país. I la família? Sí, hi ha una família, però no es tracta d'això. Parlem de drets i d'una societat que de mica en mica camina cap a l'abisme. Perquè el cas d'en Joan no és, ni molt menys, l'únic. L'última carta que ha escrit va dirigida al president Mas. No és una carta de desesperació, o no només, sinó una carta política. I reivindicativa. 'Ja n'hi ha prou de trepitjar-me, això no és justícia ni és res'. Tot plegat, en Joan ho ha documentat al seu bloc i ho explica, amb detall, en aquesta entrevista.

—Tota la vida treballant i ara... 
—Sí, mai no m'hauria imaginat que em pogués passar a mi. Jo era autònom fins que es va acabar la feina el 2006, amb 56 anys. Ara era preceptor de la renda mínima per a desocupats de llarga durada, que és de poc més de 400 euros. L'any 2011 van canviar la llei d'aquesta renda. El canvi consistia a canviar la condició dels receptors: fins aleshores era per a les persones i a partir del 2011 va passar a ser per a la unitat familiar. Què vol dir? Que si hi ha algú més de la família que té entrades de diners, et treuen la prestació.

—És el vostre cas... —Sí, jo vaig deixar de cobrar-la al febrer, sense que ningú no m'avisés, perquè van fiscalitzar-me els comptes bancaris i van considerar que rebia diners de familiars i que ja en tenia prou.

—I quina era la situació real? —No sé exactament quins mecanismes utilitzen per a comptabilitzar-ho, però el topall són 750 euros, que és ridícul. És a dir, consideren que la unitat familiar pot viure amb 750 euros al mes. Jo en cobrava uns 400 i un familiar que vivia amb mi des del 2011 en cobrava 150 per una feina de dues hores a la setmana, que anaven al mateix compte. I de tant en tant familiars i amistats em feien préstecs personals que m'ingressaven al compte. Préstecs! Que vol dir que eren deute, perquè els havia de tornar, no ingressos. I evidentment ells no m'ho van pas ni preguntar, per ells eren ingressos. I parlem de quatre duros, eh.

—Quan vau perdre la feina, vau treballar en negre? 
—Sí, em van obligar a treballar en negre per a diverses immobiliàries durant un curt període de temps. Jo localitzava solars per a invertir-hi. Feia part d'aquest sistema pervers, però ves, quin remei. I dic que m'hi van obligar perquè totes les immobiliàries m'exigien treballar sense factura. Totes! O això, o no cobrava. Tal qual. Quan va esclatar la bombolla immobiliària lògicament ja no hi havia més feina i em vaig trobar sense res. De fet, hagués pogut enviar-ne més d'un a la presó, d'aquests de la bombolla, per delinqüent. I ara, amb més seixanta anys, ningú no em vol donar cap feina.

—Des del febrer no teniu cap ingrés... 
—Sí, aleshores vaig demanar al familiar que deixés de viure amb mi perquè ja vaig veure que anaven maldades. I des del mes de març no puc pagar ni el lloguer ni les factures. Tinc un deute de dos mil euros de lloguer i quatre-cents de factures. Aquesta setmana s'acabava el termini per pagar-lo. Em poden desnonar en qualsevol moment.

—Si no hagués canviat la llei encara cobraríeu la prestació... 
—Sí, és clar. Jo sóc producte de les retallades i de la covardia dels polítics. I atenció, a més del meu dret a una vida i a un habitatge dignes també reivindico el dret del propietari del pis on visc a cobrar, perquè visc de lloguer. És un particular, no és cap banc que especuli, és un home que lloga un pis i té tot el dret de cobrar el lloguer. Ja ha aguantat prou ell també.

—Ho heu denunciat públicament, però hi ha altres casos similars... 
—Oi tant. S'estan carregant el país. Els nostres polítics diuen i repeteixen que s'han de plantar contra les imposicions de Madrid per no haver de fer més retallades. Doncs que ho facin d'una vegada! Mentrestant es carreguen el país i jo acabaré al carrer d'aquí a uns dies, havent treballat tota la vida. Com molta altra gent. Aquest és el país en què vivim i així és com hem acabat. I jo només tinc un deute de dos mil euros! Justament ara ells declaren sous de més de cent mil euros l'any, mentre a mi, mentre rebia la prestació, me'n pagaven sis mil a l'any. Va, home, és una burla. La gent em pregunta com s'ha arribat fins aquí. I jo me'n faig creus. Senzillament s'han carregat els drets de la gent i s'han oblidat del país.

—No li dóna cap solució, la Generalitat? 
—He esgotat totes les vies i l'únic que ha fet la Generalitat és enviar-me una carta, amb tres mesos de retard, amb les tres lleis que ells consideren que expliquen el perquè de la meva situació. Cap explicació. Ni una trista línia escrita. Tres lleis impreses i prou. Ells ho consideren una resposta... Quan vaig rebre la carta vaig fer un recurs d'alçada i, de moment, silenci administratiu. Res. Lamentable.

—I l'ajuntament de Mataró? 
—Em diuen que podré anar a un refugi social, on hi viuen els indigents. Indigents, de fet, com jo, perquè jo ja ho sóc, d'indigent. Però què hi podré fer jo allà? Amb quina intimitat? I la meva vida personal? I les coses que faig tot el dia? La meva passió és la fotografia i el disseny gràifc. Què hi faré allà? Al juny em van tallar l'aigua i em vaig manifestar davant de l'ajuntament amb els membres de la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca. L'ajuntament va accedir, només llavors, a fer-me un préstec social per pagar les factures de l'aigua dient que era per qüestions d'higiene. Així mateix, literal. Això sí, només fins al setembre. O sigui, em queda un mes d'aigua. Altres ajuntaments han fet compromisos públics assegurant que cap ciutadà no es quedaria sense serveis i que farien préstecs per pagar llum, gas i aigua, però a Mataró encara no s'ha aconseguit, almenys en el meu cas. La llum i el gas me'ls poden tallar en qualsevol moment.

—Té família, però no es tracta d'això, sinó de drets... 
—Aquests mesos la família m'ha proporcionat el menjar. Però no hi vull involucrar la meva família més del compte, perquè ja anem prou justos tots plegats i, a més, perquè sí, coi, del que es tracta és dels meus drets com a ciutadà. Els meus i els de tothom. Estic fart que me'ls trepitgin i que diguin que la família em pot treure les castanyes del foc. No és això, home. D'aquí una mica més d'un any em jubilaré i podré cobrar una pensió, molt petita, perquè els últins no he cotitzat res. Però és que tampoc no es tracta de comptar els dies i els mesos per arribar-hi i de fer filigrnes. L'important és el fet que gent com jo, que hem treballat tota la vida, ara no tinguem res. Quina mena de país és aquest?

—En continueu buscant, de feina...
—És clar! Cada dia envio currículums a totes les direccions. Si algú me'n pot trobar una, del que sigui, i remarco del que sigui, li agrairé eternament. Ara mateix em salvaria la vida. De moment he fet algun curs de disseny gràfic, que és el vaig estudiar de jove, més que res per tenir la ment ocupada i no capficar-m'hi més del compte. És una situació dramàtica, però no em penso rendir perquè tinc dret a una vida digna.