dissabte, 27 de juliol del 2013

Compromís presenta a Bocairent una moció que demana la il·legalització del PP

Vilaweb, 26/07/13


La iniciativa es va desestimar en el ple amb els vots en contra de PSOE i PP

El ple de l'Ajuntament de Bocairent va votar aquest dijous 25 de juliol una moció (pdf) presentada pel grup municipal de Compromís que demanava 'la il·legalització i dissolució immediata del PP'. La formació justificava la petició en 'l'escàndol majúscul i repetit de corrupció política, comptabilitat oculta, saqueig sistemàtic de diners públics i degoteig constant de càrrecs i polítics del Partit Popular declarant als jutjats d’arreu de l’estat espanyol, sense oblidar l’alt grau de crispació que aquests fets estan provocant en la societat del nostre país'.

La moció reclamava també que el PP 'tornara els diners de tothom amb què s'ha estat finançant de manera irregular sembla que durant vint anys'. El portaveu de Compromís, Manel Delgado, ha explicat que la intenció de la moció no era dur-la 'fins a les últimes conseqüències, perquè això és faena de la justícia', sinó que servira d'altaveu 'per a manifestar públicament el malestar de la societat amb les formes amb què el PP gestiona els seus problemes internes i que causen una imatge patètica d'un partit que ens governa'. És una moció, ha detallat, 'contra la gestió d'aquest escàndol intern que desvirtua, desautoritza i invalida totalment a un partit polític per a les funcions públiques'.

En la votació, el regidor de Compromís es va quedar sol, ja que tant PP com PSOE van votar-hi en contra. Amb tot, Delgado s'ha mostrat satisfet per tal com tant la moció com l'argumentació consten en l'acta oficial del Ple.

dimarts, 23 de juliol del 2013

Ada Colau llama a quitar a los que están en el poder

Foto: UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
MADRID, 23 Jul. (EUROPA PRESS)

ARREMETE CONTRA PP Y PSOE

La portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau, se mostró este martes contraria en El Escorial a que ese grupo se convierta en partido político. Durante su intervención centró sus críticas tanto contra el PP como el PSOE, asegurando que "hay que quitar a quien está en el poder, porque sino esto no podemos rehacerlo". También destacó que los dos partidos citados no son parte de la solución, sino del problema. 

Colau indicó que se están mojando políticamente más allá del tema de las hipotecas y apostó por construir una sociedad civil fuerte y organizada, que sin embargo es un proceso a largo plazo. "Vivimos tiempos excepcionales y hay que hacer propuestas excepcionales que vayan más allá de los partidos actuales y tiene que ser una reflexión colectiva en la que participe todo el mundo, la PAH no tiene que protagonizar nada, y ni yo individualmente (...) Es cuestión de que todos seamos protagonistas del cambio porque si no, no va a ser un cambio real", ha argumentado. 

"No es tiempo de delegar, si no de ser protagonistas, porque todos tenemos que ser protagonistas del cambio o el cambio no será posible", ha declarado Colau ante los asistentes del curso '¿Crisis económica=crisis derechos humanos?' organizado por Amnistía Internacional en el campus de verano de la Universidad Complutense en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial. 

ENEMIGOS DE LA DEMOCRACIA
Antes de participar en el curso, la portavoz de la PAH ha afirmado ante los medios que los casos de corrupción demuestran que "los peores enemigos de la democracia hoy se encuentran en las instituciones que supuestamente deben representar a la democracia", admitiendo que escándalos como la supuesta financiación ilegal en el Partido Popular generan "frustración e impotencia" en la ciudadanía, aunque, en su opinión, "afortunadamente cada vez más gente se da cuenta de que no nos podemos desentender y no nos podemos resignar", ha proclamado el rostro visible de la campaña contra los desahucios. 

"Estamos viendo que tenemos que movilizarnos para defender nuestros derechos, porque la alternativa es el abismo", ha advertido Colau, mostrándose muy crítica con la actitud del Partido Popular, al que ha acusado de gobernar "de forma absolutamente autoritaria porque tiene mayoría absoluta" con "un concepto muy pobre de la democracia", ha señalado.

"Aunque tenga esa legitimidad del voto, la legitimidad se gana cada día escuchando a la ciudadanía", ha dicho Colau aludiendo al rechazo de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) apoyada por más de un millón de personas que reclamaba la dación en pago en el Congreso. "Es uno de los gobierno más deslegitimidados en Europa actualmente", según la portavoz de la PAH. 

LOS DESAHUCIOS NO TIENEN VACACIONES 
 Ada Colau también ha dado cuenta del trabajo actual de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, resaltando que se encuentra "más activa que nunca" porque "sigue habiendo vidas en juego", en sus propias palabras. "No podemos hacer ni vacaciones, porque se sigue desahuciando", ha declarado Colau. 

Según la portavoz de la PAH, la plataforma ha aprendido "que lo que parecía imposible puede ser posible, gracias a que la gente no se ha rendido, se ha movilizado y ha seguido insistiendo", en declaraciones ante los periodistas congregados en la localidad madrileña, a los que ha pedido cambiar la ubicación de las cámaras para que no la grabasen delante de un panel publicitario con el anagrama de una importante entidad bancaria. 

Entrevista sobre el Procés Constituent


dilluns, 22 de juliol del 2013

Mestres que fan classe de manera altruista

ALTRES INICIATIVES SOLIDÀRIES

Diria Ara -  21/07/2013
Aquest juliol un grup de mestres de Castellar del Vallès fan classes de repàs de franc per a nens amb dificultats econòmiques i que necessiten reforç escolar. El projecte va sorgir de tres mestres que, xerrant sobre els efectes de la crisi, es van sentir mogudes a aportar el seu gra de sorra per ajudar els altres. "Vam anar a les escoles públiques de Castellar a explicar-ho, i al cap d'una setmana es matriculaven 40 nens i vuit mestres més s'oferien de voluntaris", explica Roser Badia, una de les impulsores de la iniciativa. Entre els mestres voluntaris, hi ha una noia que l'any que ve començarà a estudiar magisteri i una mestra jubilada. Durant el curs, l'Ajuntament ja ofereix classes de reforç a nens que no s'ho puguin pagar, però s'acaben al juny. La societat civil està suplint el buit que deixen les administracions. Roser Badia explica: "La crisi ens ha fet a tots més conscients de les necessitats de la gent del nostre voltant". I això, diu, és el que estimula la solidaritat ciutadana. Badia explica el seu cas: té el marit a l'atur i ja ha esgotat la prestació. "Sempre pensava que m'hauria de treure un sobresou fent classes al juliol i, en comptes d'això, he decidit fer-les gratis", diu. S'ha posat a la pell dels més necessitats. La consciència que un dia pots ser tu qui ho necessiti.

diumenge, 21 de juliol del 2013

El sector fotovoltaico, anonadado

Energias renovables, 21 julio 2013 

Un peaje que respalda el statu quo

El secretario de estado de Energía, Alberto Nadal, ha firmado un proyecto de real decreto de autoconsumo en el que los impuestos que prevé para quien quiera poner en marcha sobre el tejado de su casa una instalación fotovoltaica van a ser de una cuantía tal que va a resultar más económico seguir comprándole los kilovatios a Unesa que generarlos uno mismo en la azotea. La clave está en el denominado "peaje de respaldo", que es un impuesto que ha inventado el Ministerio -único en el mundo, según fuentes del sector- y que el autoconsumidor deberá pagar precisamente a Unesa (deberá pagar ese impuesto a las distribuidoras aunque su instalación produzca solo para autoconsumo y no vierta un solo kilovatio a la red de distribución).

Lo dice la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que ha difundido hace apenas unos minutos un comunicado en el que explica que el decreto sobre autoconsumo que está ultimando el gobierno -y que llega, por cierto, con más de un año de retraso con respecto al calendario previsto- propone unas condiciones "que impedirán totalmente" el desarrollo del autoconsumo. Según UNEF, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Minetur) frena así "en seco" un mercado que había comenzado a ver la luz en España, sobre todo en los segmentos de la industria y el comercio, que estaban empezando a apostar por instalaciones fotovoltaicas (FV) de menos de cien kilovatios (100 kW) para autoconsumo instantáneo "que conseguían reducir sus facturas energéticas y mejorar su competitividad".

Desorbitado
 La asociación patronal del sector FV considera "totalmente desorbitado" el nuevo peaje de respaldo que se aplicará a la energía autoconsumida instantáneamente, pues encarece el autoconsumo "hasta el punto de hacerlo más gravoso que el suministro eléctrico convencional". El absurdo llega al extremo -viene a apuntar UNEF- de que "el peaje de respaldo puede ser más de cuatro veces más caro que el peaje convencional en el caso de la tarifa doméstica con discriminación horaria" (en algunos tramos el precio del peaje de respaldo equivale a un 450% el peaje de acceso, véase cuadro). Si el Ejecutivo aprueba en estos términos el proyecto de real decreto de autoconsumo, explica la asociación, estará "impidiendo el ahorro a los consumidores y paralizando la entrada de nueva competencia en el mercado eléctrico".

El autoconsumo, la tabla de salvación de un sector asfixiado 
Hasta ayer, una instalación de autoconsumo podía amortizarse en cuatro, siete, ocho, diez años (véanse más ejemplos). Con la entrada en vigor de una norma como esta, el Ejecutivo Rajoy no solo estaría neutralizando el alumbramiento de un mercado alternativo al convencional sino que -según fuentes del sector que prefieren permanecer en el anonimato- podría estar convirtiendo en ruinosas las instalaciones ya ejecutadas (aunque no hay datos oficiales, en España podría haber ahora mismo un parque de sistemas FV de autoconsumo ya instalados y funcionando de unos tres megavatios). UNEF, que no ha reclamado "ningún tipo de ayuda ni de incentivo para el desarrollo del autoconsumo FV", considera que la propuesta del gobierno "elimina la única opción que tenía el sector FV para sobrevivir a corto plazo en España".

UNEF "únicamente" pide reglas justas
En el comunicado que ha hecho público hace apenas unos minutos, la asociación pide "únicamente que se deje a la tecnología competir en el mercado con condiciones justas" para que la industria, el comercio y los consumidores domésticos puedan aprovecharse del ahorro que entraña esta fórmula. Y es que, según UNEF, "gracias a la evolución de la tecnología fotovoltaica –los costes han bajado un 80% en los últimos cinco años– a los consumidores les resulta más rentable el producirse su propia electricidad con paneles solares que adquirir la energía a su suministrador habitual". Así, concluye UNEF, "al amparo de esta realidad tecnológica y económica, y de acuerdo con la normativa vigente, ya se había desarrollado un pequeño mercado de autoconsumo instantáneo enfocado en industrias y comercios" que, con una norma como la proyectada, corre el grave peligro de ser abortado.

dissabte, 20 de juliol del 2013

Industria gravará con un peaje la producción casera de electricidad

JUANA VIÚDEZ Madrid 19 JUL 2013 - El País

Paneles fotovoltaicos en una planta de Coburgo (Alemania). / REUTERS
El Gobierno tiene la determinación de que el autoconsumo energético —producir tu propia energía mediante paneles fotovoltaicos o minieólicos y consumirla en el momento—, se implante de forma muy controlada y sin perder de vista “la compleja situación económica” que afecta al sector eléctrico. El borrador del decreto de autoconsumo —esperado como agua de mayo por numerosos consumidores para ver si se podían ahorrar unos euros en su factura— ha incluido un peaje, denominado “de respaldo”, que, de momento, sube la tarifa de quienes lo utilizan.

El decreto sobre autoconsumo ha llegado con más de un año de retraso. El Ministerio de Industria lo remitió el jueves a la Comisión Nacional de Energía, que tiene 15 días para emitir un informe que será oído, aunque no sea vinculante. 

La redacción del texto reserva al Gobierno la capacidad de subir o bajar la cuantía de este peaje dependiendo de cómo vaya la implantación de estos modelos de autogeneración eléctrica. Uno de los grandes miedos de las eléctricas es que la autogeneración se descontrole y el sistema actual colapse. Las cuantías de los primeros peajes de respaldo se incluyen en el borrador del decreto elaborado por el Ministerio de Industria. Según cálculos de la Unión Española Fotovoltaica (Unef), el peaje de respaldo que se pagará por generar energía en un domicilio será un 27% más alto que si se opta por el consumo convencional y se abona el peaje por el uso tradicional de la red. La asociación, que agrupa a unas 300 empresas y representa a un 85% del sector, critica que se impida el ahorro de los consumidores y se paralice la entrada de nueva competencia en el mercado eléctrico. 

El autoconsumo está consolidado en EE UU o países como Holanda
En los últimos cinco años los consumidores han visto cómo los precios de la tecnología fotovoltaica han bajado un 80%. En un contexto de crisis en el que las tarifas de las eléctricas no hacen más que subir, producir su propia electricidad con paneles solares o molinillos se había convertido en una alternativa de ahorro muy interesante. Se ha desarrollado un pequeño mercado de autoconsumo instantáneo, amparado por un decreto de 2011, en el que se han integrado sobre todo industrias y comercios, que conseguían reducir sus facturas energéticas y mejorar su competitividad. Cuando se apruebe el decreto de autoconsumo tienen dos meses para inscribirse en un registro oficial y comenzar a pagar estos peajes. En caso contrario, se enfrentan al corte de suministro o a sanciones que llegan a los 30 millones.

Aunque en España sea relativamente nuevo, el autoconsumo energético está más que consolidado en países como Estados Unidos (sobre todo en California) u Holanda. Es el camino hacia el que se dirigen las políticas de la Unión Europea. Lo habitual en los países en los que se ha implantado es que se incentiven estas prácticas bonificando los peajes, permitiendo a los consumidores que viertan energía a la red y la recuperen cuando la necesiten u ofreciéndoles la posibilidad de venderla a la compañía eléctrica, algo que no ocurre aquí.

El decreto nombra las bondades del sector renovable y la eficiencia energética, así como las múltiples directivas europeas que las promueven. Sin embargo, no esconde que se busca una “evolución gradual” del autoconsumo que no atente contra el conjunto del sistema eléctrico. Habla de “dirigir” el desarrollo de este “novedoso mecanismo” y considera un “reto adicional” su integración en el sistema.

La energía sobrante que se vierta a la red no será remunerada
El Gobierno del PP considera que tener muchos puntos que puedan emitir energía puede ser beneficioso para un sistema de grandes centrales como el español, sobre todo en lo relativo a las pérdidas de red —que suponen entre un 10% y un 15%—. Acto seguido subraya que la generación distribuida (tener muchos productores de electricidad) no reduce los costes de mantenimiento de transporte y distribución, ni los costes ajenos al suministro que se incluyen en los peajes de acceso. “En algunos casos podría provocar costes de inversión adicionales en las redes para adecuarlas”, justifica.

La venta de excedentes energéticos —facilitar que se venda o intercambie la energía que no se utilice— se contempla como un “objetivo”, pero no se ha desarrollado. De hecho, el texto especifica que las cesiones de energía eléctrica a la red pública “no podrán llevar aparejada contraprestación económica”. La modalidad conocida como balance neto —que consiste en aportar energía sobrante a la red para luego recuperarla cuando se necesite en la misma cantidad— no se contempla de momento.

Otras tecnologías, como la cogeneración, consiguen salvarse de estos peajes hasta el 31 de diciembre de 2010. “Se trata de excepciones”, explica David Arzoz, vicepresidente de la asociación de empresarios Cogen España. “Las plantas que estaban vendiendo energía podrán continuar hasta este plazo, pero las que hacían autoconsumo y las que se construyan tendrán que pagar este peaje y ya no será rentable”, añade el representante de esta asociación especializada en cogeneración.

divendres, 19 de juliol del 2013

Producir la electricidad cuesta una cuarta parte de lo que pagamos

Publico.es - VICENTE CLAVERO Madrid 16/07/2013 07:00  

El precio de la electricidad no ha dejado de subir en los últimos años.- EFE


El recibo de la luz se ha encarecido un 8% con Rajoy. Vuelve a subir por la nueva reforma eléctrica del Gobierno.


De cada euro que los españoles pagamos por el recibo de la luz, apenas veinticinco céntimos corresponden al coste de generar la electricidad necesaria para el suministro. El resto es imputable a conceptos como el transporte, la distribución, la gestión comercial y los gravámenes que el Estado impone, cuyo peso sobre el total ronda el 50%. Uno de los elementos más perturbadores en los últimos años ha sido el llamado déficit de tarifa, que permite moderar la subida de los precios con criterios políticos, a cambio de encarecer la factura en el futuro. El déficit de tarifa, creado cuando Rodrigo Rato era vicepresidente económico, acumula ya 26.000 millones de euros y representa casi una décima parte del importe del recibo de la luz. 

Reforma eléctrica
Para evitar que continuara creciendo, el Gobierno de Rajoy adoptó el año pasado una serie decisiones presupuestarias y fiscales, completadas en el último Consejo de Ministros con una reforma eléctrica que no ha contentado a nadie. En virtud de ella, el déficit de tarifa previsto para 2013 se va a reducir en 4.500 millones, que se suman a los 6.000 derivados de las medidas puestas en marcha en 2012. De esos 4.500 millones, 1.800 los vamos a pagar entre todos, ya sea en calidad de consumidores (900) como de contribuyentes (otros 900), y los 2.700 restantes correrán por cuenta de las compañías productoras, que verán reducida la retribución por sus redes de transporte y distribución y las primas a las renovables.

La modificación del régimen regulador de esas primas es uno de los elementos más controvertidos de la reforma, porque va a frenar la implantación de algunas energías alternativas y supone un quebranto para quienes invirtieron en ellas al calor de las fuertes subvenciones establecidas. Pero, según fuentes del sector, la situación actual es insostenible por el espectacular crecimiento que las renovables han tenido en nuestro país, pues no en vano hoy aportan 4.000 megavatios de potencia al sistema, cuando la previsión inicial eran 400. Las mismas fuentes atribuyen ese sobredimensionamiento a una legislación demasiado flexible y a la falta de controles suficientes para evitar el fraude, muy concentrado en las fotovoltáicas. 

Pagan los consumidores
Las primas representan alrededor del 20% del recibo de la luz y se ha reclamado reiteradamente a los gobiernos que sean sufragadas a través de los Presupuestos, pues responden a una decisión política, independiente de la voluntad de los consumidores. Ni Zapatero en su momento ni Rajoy desde que llegó a La Moncloa han aceptado esa posibilidad, amparándose en el perjudicial impacto que tendría sobre el déficit público. Rajoy, en concreto, ha preferido cortar por lo sano y limitar las primas, a sabiendas de que podría meter al Estado español en una espiral de demandas, dado que los damnificados pueden alegar que así se vulneran los derechos que contrajeron al realizar sus inversiones.

Si a las compañías productoras no les ha gustado la reforma, y su evolución en Bolsa durante los últimos días es la mejor prueba de ello, tampoco los consumidores pueden estar satisfechos, toda vez que conlleva un aumento del precio de la electricidad del 3,2%, el segundo en lo que va de año. Desde que gobierna el PP, el recibo de la luz ha subido un 8%, lo que sitúa a España entre los países más caros de la Unión Europea, sólo precedido por Irlanda y Chipre, lo que no sólo supone un agravio para los ciudadanos, sino también un importante obstáculo para la competitividad, porque la energía es uno de los principales costes a los que deben hacer frente la inmensa mayoría de las empresas.

dijous, 18 de juliol del 2013

El fin del Crecimiento

por Richard Heinberg
Introducción: La nueva normalidad


La afirmación central de este artículo es tan simple como sorprendente: El crecimiento económico tal como lo hemos conocido ha terminado. El “crecimiento” así como se ha venido llamando, consiste en la expansión permanente de la economía global, con cada vez más personas atendidas, más dinero cambiando de manos, y mayores cantidades de energía y bienes materiales fluyendo a través de ellas.

La crisis económica que comenzó en 2007-2008 fue tan previsible como inevitable, y marca una ruptura permanente con respecto a las décadas anteriores, período durante el cual la mayoría de los economistas adoptó la visión irreal de que el crecimiento económico perpetuo es necesario, deseable, y además perfectamente posible de mantenerse en el tiempo. Pero en la actualidad ya han aparecido barreras infranqueables a dicha expansión económica, y estamos colisionando con dichas barreras.

Esto no quiere decir que los EE.UU. o el mundo entero nunca más verán otro trimestre o año de crecimiento respecto al trimestre o año anterior. Sin embargo, los golpes se hacen secuenciales y encadenados unos con otros, y la tendencia general de la economía (medida en términos de producción y consumo de bienes reales) estará al mismo nivel o en descenso, pero no en ascenso a partir de ahora.

Tampoco será imposible para cualquier región, nación o empresa continuar creciendo por un tiempo. En un análisis final, sin embargo, este crecimiento será conseguido a expensas de otras regiones, naciones o empresas. A partir de ahora, sólo un crecimiento relativo es posible: La economía mundial está jugando un juego de suma cero, con un premio cada vez más chico a repartirse entre los ganadores.

¿Por qué se acaba el Crecimiento?

Muchos analistas financieros apuntan hacia profundas anomalías internas de la economía, asumiendo que las amenazas inmediatas que impiden retomar la senda del crecimiento económico, son solamente los niveles sobreexcedidos e impagables de las deudas públicas y privadas, y el estallido de las burbujas inmobiliarias. La suposición general es que, con el tiempo, una vez que estos problemas puedan solucionarse, las tasas de crecimiento repuntarán nuevamente. Pero los analistas generalmente no toman en cuenta factores externos a la economía financiera, los que hacen que sea casi imposible la reanudación del crecimiento económico convencional. Esta no es una condición temporaria sino permanente.

Hay tres factores principales que claramente surgen en un contexto de crecimiento económico:

  • El agotamiento de importantes recursos, incluyendo combustibles fósiles y minerales. 
  • La proliferación de impactos ambientales como consecuencia de la extracción y uso de los recursos (incluyendo la quema de los combustibles fósiles), que con un efecto bola de nieve provocan aumentos de los costos de dichos impactos en sí mismos, más los esfuerzos para prevenirlos y mitigarlos. 
  • Las perturbaciones financieras causadas por la incapacidad de nuestros sistemas monetarios, bancarios y de inversiones, para ajustarse tanto a la escasez de recursos como al aumento de los costos ambientales, y su incapacidad para sostener los enormes volúmenes de deuda pública y privada que se generaron en las últimas dos décadas, dentro del contexto de una economía cada vez más restringida.

Más allá de la tendencia que tienen los economistas para enfocarse solamente en el último de estos tres factores, en los recientes años es posible apuntar literalmente hacia miles de eventos que ilustran cómo los tres factores interactúan y golpean a la puerta cada vez con más fuerza. Consideremos sólo uno: La catástrofe en el año 2010 de la Deepwater Horizon en el Golfo de México.

El hecho de que BP estuvo perforando para extraer petróleo en aguas profundas del Golfo de México muestra una tendencia global: Mientras que el mundo no está en peligro de quedarse sin petróleo en el corto plazo, ya hay muy poco petróleo que se encuentra en tierra, en áreas donde las perforaciones son más accesibles. Estas zonas han sido exploradas y sus ricos yacimientos de hidrocarburos se están agotando. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), en 2020 casi el 40% de la producción mundial de petróleo provendrá desde regiones de aguas profundas. Así como es difícil, peligroso y costoso operar una plataforma de perforación sobre un kilómetro o dos de agua del océano, es lo que la industria petrolera deberá hacer para continuar suministrando el producto. Y eso significa petróleo más caro.

Obviamente, los costos ambientales de la explosión y derrame provocado por la plataforma Deepwater Horizon han sido ruinosos. Ni los EE.UU. ni la industria petrolera pueden permitirse otro accidente de esa magnitud. Así que en 2010 el gobierno de Obama estableció una moratoria de perforación en aguas profundas del Golfo de México, mientras se legislan nuevas normas y regulaciones. Otros países también comenzaron a revisar sus propias reglamentaciones para la exploración petrolera en aguas profundas. Sin dudas que esto hará menos probable que en el futuro ocurran estos desastres, pero aumentan los costos de hacer negocios, y por lo tanto, el ya elevado costo del petróleo.

El accidente de la Deepwater Horizon también ilustra la reacción en cadena, y hasta qué punto los efectos del agotamiento y el daño ambiental han golpeado a las instituciones financieras. Las compañías de seguros se han visto obligadas a aumentar las primas en las operaciones de perforación en aguas profundas, y los impactos en las empresas pesqueras regionales han afectado duramente a la economía de la costa del Golfo. Mientras que los costos para la región han sido compensados en parte con pagos de BP, esos pagos obligaron a la compañía a reestructurarse, y el valor de sus acciones y rendimientos bursátiles se derrumbaron. Los problemas financieros de BP a su vez afectaron a los fondos de pensiones británicos que habían invertido en la empresa.

Este es sólo un evento, ciertamente uno espectacular. Si se tratara de un problema aislado la economía podría recuperarse y seguir adelante. Pero estamos y estaremos ante una galopante sucesión de desastres ambientales y económicos, no directamente relacionados entre sí, que obstaculizarán cada vez más el crecimiento económico. Esto incluye, aunque no está limitado a lo siguiente:

  • Cambio climático que provoca sequías, inundaciones e inclusive hambrunas en diversas regiones
  •  Escasez de agua y energía 
  • Quiebras bancarias, empresarias y ejecuciones hipotecarias  
Cada uno de estos problemas se suelen tratar como casos puntuales, cuestiones que deben resolverse para poder “volver a la normalidad”. Pero en última instancia todos están relacionados entre sí, pues son consecuencia de la creciente población humana que lucha por aumentar su nivel de consumo per cápita de los recursos limitados (incluyendo los no renovables como los combustibles fósiles que impactan sobre el clima), todo ello en un planeta finito y frágil.

Mientras tanto, el despropósito de varias décadas acumulando deuda, ha creado las condiciones para que se produzca la crisis financiera del siglo que ya vemos por todas partes, y que tiene el potencial en sí misma para generar gran inestabilidad política y miseria humana.

El resultado: Estamos viendo una tormenta perfecta de varias crisis convergentes, que en conjunto representan un hito en la historia de nuestra especie. Somos testigos y participantes de una transición desde décadas de crecimiento económico, hacia décadas de contracción económica.

¿Por qué el Crecimiento es tan importante?

Durante los últimos dos siglos, el crecimiento fue prácticamente el único índice de bienestar económico. Si la economía crecía había empleos y las inversiones daban altos rendimientos. Cuando la economía temporariamente paró de crecer, tal como ocurrió durante la “Gran Depresión”, se produjeron sangrías financieras.

A lo largo de este período, la población mundial se incrementó desde menos de dos mil millones de seres humanos en 1900, hasta casi siete mil millones hoy en día. Y estamos sumando alrededor de 70 millones de “nuevos consumidores” cada año. Esto hace que el crecimiento futuro sea algo más crucial aún: Si la economía se estanca, habrá menos bienes y servicios per capita para todos.

Nos hemos basado en el crecimiento económico para el “desarrollo” de las economías más pobres del mundo. Sin crecimiento, debemos asumir seriamente la posibilidad de que cientos (tal vez miles) de millones de personas, nunca alcanzarán ni siquiera una versión rudimentaria del estilo de vida consumista del cual disfrutan los habitantes de las naciones industrializadas.

Por último, hemos creado sistemas monetarios y financieros que requieren crecimiento. Cuando la economía crece, eso significa que hay disponible más dinero y más crédito. Las expectativas aumentan, la gente compra más y más productos, los negocios necesitan más préstamos, y los intereses sobre los préstamos pueden ser devueltos. Pero si no hay nuevas emisiones de moneda que ingresen al sistema, el interés sobre los préstamos existentes no puede ser devuelto. Como resultado se produce una bola de nieve de morosidad, se pierden empleos, disminuyen los ingresos, se restringen las contrataciones, lo cual a su vez hace que las empresas pidan menos préstamos, causando que menos cantidad de dinero ingrese en la economía. Esta situación es un bucle de realimentación destructivo, el cual es muy difícil de detener una vez que se pone en marcha.

En otras palabras, la economía no cuenta con una configuración “estable” o “neutral”: Solamente puede haber crecimiento o contracción. Y “contracción” es justamente una agradable manera de llamar a la “depresión”, es decir, un largo período de pérdidas de empleos en cascada, cierres, morosidad y quiebras. Nos hemos acostumbrado tanto al crecimiento, que es difícil recordar que en realidad es un fenómeno bastante reciente.

Durante los últimos milenios, así como los imperios se levantaban y caían, las economías también avanzaban y retrocedían. Pero la actividad económica global se expandía muy lentamente, y con retracciones periódicas. Sin embargo, con la revolución de los combustibles fósiles de los últimos dos siglos, hemos visto un crecimiento a una velocidad y escala sin precedentes en toda la historia de la humanidad. Hemos aprovechado la energía del carbón, el petróleo y el gas natural para construir y utilizar automóviles, camiones, autopistas, aeropuertos, aviones y redes eléctricas, todas componentes esenciales de la moderna sociedad industrial. A través de este proceso de única vez, al extraer y quemar cientos de millones de años de energía solar almacenada químicamente, hemos construido lo que por un breve y brillante momento parecía ser “la máquina del crecimiento perpetuo”. Tomamos lo que era en realidad una situación única y extraordinaria como algo permanente que dimos por sentado, y así llegó a ser “lo normal”.

Pero a medida que la era del petróleo abundante y barato llega a su fin, nuestros supuestos sobre una continua expansión están siendo sacudidos hasta la médula. Ciertamente, el final del crecimiento es algo muy pero muy grande. Esto significa el fin de una era, y de nuestra manera actual de organizar nuestra economía, nuestra política y la vida cotidiana. Sin crecimiento prácticamente vamos a tener que reinventar la vida humana sobre la Tierra.

Es esencial que reconozcamos y entendamos la significación de este momento histórico: De hecho hemos llegado al final de la era de la expansión económica alimentada por los combustibles fósiles, y los esfuerzos de los políticos para continuar persiguiendo el evasivo crecimiento, en verdad equivale a una fuga de la realidad. Si los líderes mundiales no están bien informados acerca de la situación actual, probablemente retrasarán la implantación de los servicios de apoyo que pueden posibilitar la supervivencia en una economía sin crecimiento, y seguramente luego fallarán cuando quieran hacer los imprescindibles cambios en los sistemas monetario, financiero, alimentario y de transportes.

Como resultado de ello, lo que pudiera ser un proceso doloroso pero soportable de adaptación, podría convertirse en la mayor tragedia de la historia. Podemos sobrevivir al final del crecimiento, pero sólo si reconocemos lo que significa y actuamos en consecuencia.

¿Pero no es normal el Crecimiento?

Las economías son sistemas, y como tales, al menos en cierta medida siguen reglas análogas a las que rigen a los sistemas biológicos. Las plantas y los animales tienden a crecer en forma rápida cuando son jóvenes, pero luego alcanzan un estado más o menos maduro y estable. En los organismos vivos, las tasas de crecimiento son en gran parte controladas por los genes, y también por la disponibilidad de alimentos.

En las economías, el crecimiento aparece ligado a la planificación económica, y también a la disponibilidad de recursos, sobre todo recursos energéticos (que es el alimento de los sistemas industriales), así como del crédito (el “oxígeno” de la economía).

Durante los siglos XIX y XX el acceso a los combustibles fósiles abundantes y baratos favorecieron una rápida expansión económica. Los planificadores de la economía comenzaron a aprovechar esta situación, y los sistemas financieros interpretaron las expectativas de crecimiento como una promesa de altos rendimiento para las inversiones.

Pero así como los organismos vivos dejan de crecer, las economías también deben hacerlo. Inclusive si los planificadores (equivalentes sociales del ADN regulador) dictaminan un mayor crecimiento, en algún punto cada vez habrá más cantidades de “alimento” y “oxígeno” que dejarán de estar disponibles. También es probable que los desechos industriales se acumulen hasta el punto de ahogar y envenenar a los sistemas biológicos que sostienen la actividad económica, tales como los bosques, los cultivos, y los cuerpos humanos.

Sin embargo, la mayoría de los economistas no ven las cosas de esta manera, posiblemente porque las actuales teorías económicas fueron formuladas durante el anómalo período histórico de crecimiento sostenido, el cual está ahora terminando. Los economistas nada más generalizan a partir de la experiencia: Ellos se apoyan en décadas de crecimiento sostenido del pasado reciente, y de manera muy simplista proyectan esa experiencia en el futuro. Por otra parte, poseen formas de explicar porqué las economías modernas de mercado son inmunes a los límites que restringen a los sistemas naturales: Las dos principales son la sustitución y la eficiencia.

Si un recurso útil se vuelve escaso su precio aumentará, y esto crea un incentivo para que los consumidores del recurso encuentren un sustituto. Por ejemplo, si el petróleo se vuelve demasiado caro, las empresas de energía podrían comenzar a fabricar combustibles líquidos a partir del carbón. O también podrían desarrollar otras fuentes de energía inimaginables hoy en día. Muchos economistas afirman que este proceso de sustitución puede continuar para siempre. Es parte de la magia del libre mercado.

Por su parte, el aumento de la eficiencia significa hacer más con menos. En EE.UU. la cantidad –ajustada por inflación– de dólares generada en la economía por cada unidad de energía consumida, se ha venido incrementando sostenidamente durante las últimas décadas. La cantidad de energía requerida en BTU para producir un dólar de PIB se redujo desde cerca de 20.000 BTU por dólar en 1949, hasta 8.500 en 2008. Parte de ese aumento de la eficiencia se ha producido como resultado de la externalización de la mano de obra en otros países, los cuales queman carbón, petróleo o gas natural para fabricar nuestros productos. Fabricando localmente nuestros zapatos y televisores LCD, estaríamos quemando esa energía localmente.

Los economistas también proponen otra forma de eficiencia que tiene menos relación con la energía, al menos directamente: La identificación de los procesos y fuentes de materiales más baratos, y los lugares donde los empleados son más productivos y aceptan trabajar por menor salario. A medida que aumentamos la eficiencia usamos menos energía, menos recursos, menos mano de obra y menos dinero para hacer más. Esto también permite un mayor crecimiento.

Encontrar sustitutos para recursos que se agotan y aumentar la eficiencia son sin lugar a dudas las estrategias de adaptación más eficaces de las economías de mercado. Sin embargo queda abierta la pregunta de cuánto tiempo podrán continuar funcionando dichas estrategias en el mundo real, que ha demostrado regirse más por las leyes de la física que por las teorías económicas.

En el mundo real algunas cosas no tienen sustitutos, o los sustitutos son demasiado caros, o no funcionan tan bien, o no pueden ser producidos con la suficiente celeridad. Y por su parte la eficiencia sigue una ley de rendimientos decrecientes: Los primeros intentos para aumentar la eficiencia suelen ser de bajo costo, pero cada posterior incremento tiende a ser más y más costoso, hasta que resultan prohibitivos.

En última instancia no se puede subcontratar más que el 100 por ciento de la fabricación, no se puede transportar productos con energía cero, y no podemos contar con la capacidad de compra de los trabajadores para adquirir nuestros productos si no les pagamos nada. A diferencia de la gran mayoría de los economistas, la gran mayoría de los científicos y los físicos reconocen que el crecimiento dentro de cualquier sistema acotado, tiene que detenerse en algún momento.

La simple matemática del crecimiento compuesto

En principio, la posibilidad de un eventual fin del crecimiento es un portazo en la cara. Si una cantidad de algo crece sostenidamente un cierto porcentaje fijo al año, esto implica que ese algo se duplicará en tamaño cada determinado número de años. Cuanto más alto el porcentaje de crecimiento, más rápido se duplicará. Un método bastante aproximado para calcular tiempos de duplicación es conocido como “la regla del setenta”. Dividiendo 70 por la tasa de crecimiento porcentual nos da el tiempo aproximado necesario para que la cantidad inicial se duplique. Por ejemplo, si cierta cantidad de algo está creciendo un 1% al año, se duplicará en 70 años. Con un 2% al año de crecimiento, se duplicará en 35 años. Con un 5% de crecimiento al año se duplicará en tan sólo 14 años, y así sucesivamente. Si pretendemos ser más precisos podemos usar la función exponencial de cualquier calculadora científica, pero la regla del setenta funciona bien para la mayoría de los casos.

Vamos con un ejemplo del mundo real: En los últimos dos siglos la población mundial creció a tasas que van desde menos del uno por ciento a más del dos por ciento por año. En 1800 la población del planeta era de aproximadamente mil millones. En 1930 se había duplicado a dos mil millones. Sólo 30 años más tarde, en 1960, se duplicó nuevamente a cuatro mil millones. En la actualidad estamos en carrera para duplicarnos otra vez y llegar a ser ocho mil millones de humanos alrededor del año 2025. Seriamente nadie espera que la población humana pueda continuar creciendo durante siglos en el futuro. Basta imaginar que si lo sigue haciendo a tan sólo un 1,3% por año (esa fue la tasa de crecimiento del año 2000), para el año 2780 habría nada menos que 148 billones de seres humanos en La Tierra. Una persona por cada metro cuadrado de suelo en la superficie del planeta. Por supuesto que tal cosa no va a suceder.

En la naturaleza, el crecimiento tarde o temprano siempre se da de narices contra ciertas restricciones que no son negociables. Si una especie encuentra que su fuente de alimentos se ha expandido, su número de individuos aumentará a partir de las calorías sobrantes, pero entonces luego esa fuente de alimentos comenzará a reducirse proporcionalmente a cuantas más bocas la consuman, y por su parte, sus predadores naturales también serán más numerosos (más sabrosa comida para ellos). Los florecimientos poblacionales caracterizados por períodos de rápido crecimiento siempre son seguidos por colapsos, hambrunas y muerte masiva. Siempre.

Aquí hay otro ejemplo del mundo real. En los últimos años la economía china ha venido creciendo tanto como un 8% o más por año. Eso significa que está duplicando su volumen cada diez años, o menos aún. De hecho, China consume más del doble del carbón que consumía hace una década. Lo mismo con el mineral de hierro y el petróleo. El país ahora tiene cuatro veces más autopistas de las que tenía entonces, y casi cinco veces más automóviles. ¿Cuánto tiempo puede seguir esto? ¿Cuántas duplicaciones más pueden ocurrir antes de que China haya utilizado todos sus recursos clave? ¿O acaso simplemente decidirán que ya ha sido suficiente y detengan voluntariamente el crecimiento? Estas preguntas son difíciles de responder con una fecha específica, pero debemos hacerlas.

La discusión tiene implicancias muy reales, porque la economía no es solamente un concepto abstracto. Es la que determina si vivimos en el lujo o la pobreza, si comemos o pasamos hambre. Cuando se detenga el crecimiento económico cada uno de nosotros recibirá el impacto, y serán necesarios varios años para que la sociedad se adapte a la nueva realidad. Por lo tanto, es muy importante saber si ese momento está a la vuelta de la esquina o distante en el tiempo.

El Fin del Crecimiento no debería ser una sorpresa

La idea de que el crecimiento se detendrá en algún momento de este siglo no es nada nueva. En 1972 un libro titulado “Los límites del crecimiento” fue noticia y se convirtió en el libro ambientalista más vendido de todos los tiempos.

Ese libro que se basó en uno de los primeros intentos de usar computadoras para modelar las probables interacciones entre la evolución de los recursos, el consumo y la población, fue también el primer estudio científico que intentó cuestionar el supuesto de que el crecimiento económico podía y debía ser permanente en el futuro.

La idea era una herejía en aquel momento, y todavía lo es. La noción de que el crecimiento no puede continuar y no continuará más allá de cierto punto resultó profundamente perturbadora para algunos sectores, y pronto “Los límites del crecimiento” fue desacreditado y ridiculizado por los interesados en los negocios pro-crecimiento. En realidad, aquella ridiculización sólo tomaba en cuenta algunos pocos datos completamente fuera de contexto del libro, citándolos como “predicciones”, cuando en forma explícita se decía que no lo eran, y luego remarcando que dichas predicciones habían fallado. El ardid fue denunciado rápidamente, pero las réplicas no suelen tener tanta publicidad como las acusaciones, y así hoy en día todavía hay millones de personas que creen erróneamente que el libro quedó desacreditado hace tiempo. De hecho, los escenarios originales del libro han demostrado ser bastante acertados.

Los autores cargaron los datos del crecimiento de la población mundial, las tendencias de consumo, y la disponibilidad de varios recursos importantes. Hicieron correr el programa informático que habían desarrollado, y llegaron a la conclusión de que el fin del crecimiento probablemente ocurriría entre los años 2010 y 2050. Luego la producción industrial y de alimentos se derrumbaría, determinando una disminución de la población.

Esos escenarios estudiados en “Los límites del crecimiento” han sido nuevamente analizados y comprobados en forma reiterada desde la publicación original, usando ahora software más sofisticado y datos basados en información actualizada. Los resultados han sido similares en todos los intentos, y recientemente se publicó una nueva versión del libro llamada “Los límites del crecimiento: Actualización a 30 años”.

El escenario del Pico del Petróleo

Tal como se ha mencionado, el crecimiento finalizó debido a la convergencia de tres factores: Agotamiento de recursos, impactos ambientales y fracaso sistémico monetario-financiero. Sin embargo, una sola cuestión puede estar jugando un rol clave y determinante para el final de la era de la expansión. Ese asunto es el petróleo.

El petróleo tiene un lugar crucial en el mundo moderno. En el transporte, la agricultura, los químicos y los materiales industriales. La Revolución Industrial fue en realidad la revolución de los combustibles fósiles, y el fenómeno entero del persistente crecimiento económico (incluyendo el desarrollo de las instituciones financieras que han facilitado el crecimiento, tales como las reservas bancarias fraccionales), ha sido basado siempre en última instancia en los suministros cada vez mayores de energía barata. El crecimiento requiere más producción, más comercio y más transporte, y todo en su conjunto requiere más energía. Esto significa que si los suministros de energía no se pueden expandir, y la energía por lo tanto se vuelve significativamente más cara, el crecimiento económico fallará, y los sistemas financieros diseñados sobre las expectativas de un crecimiento perpetuo también fallarán.

Ya en 1998 los geólogos petroleros Colin Campbell y Jean Laherrère discutían un escenario del Pico del Petróleo que se tornó real. Ellos teorizaron que, en algún momento alrededor del año 2010, el estancamiento o el declive de los suministros de petróleo podrían provocar un aumento y volatilización de los precios del crudo, y que tal cosa precipitaría un colapso económico global.

Esa rápida contracción económica, a su vez daría lugar a una considerable reducción de la demanda de energía, de manera que los precios tenderían a bajar. Pero tan pronto como la economía pudiera volver a recuperar fuerzas, la demanda presionaría nuevamente al petróleo con consecuencias de nuevos aumentos en los precios, y a resultado de ello la economía sufriría una nueva recaída. Este ciclo es continuo, con cada fase de recuperación siendo más corta y más débil, y cada caída más profunda y más dura, hasta que la economía quede en ruinas. Los sistemas financieros así basados en el supuesto de un crecimiento continuo implosionarían, causando más estragos sociales que las trepadas del precio del petróleo.

Mientras tanto, los precios volátiles y vaivenes del petróleo frustrarían las inversiones en sistemas de energía renovable: Un año el petróleo sería tan caro que casi cualquier otra fuente de energía se presentaría como más conveniente por comparación; al año siguiente, el precio del petróleo habría caído tanto como para que los usuarios vuelvan a basarse en él, restándole sentido a las inversiones en otras fuentes de energía. Pero como los bajos precios desalentarían las exploraciones en busca de más petróleo, surgen así nuevos episodios de escasez más turbulentos que los anteriores. Los capitales de inversión también podrían ser escasos, dado que los bancos serían insolventes debido a la crisis financiera permanente, y los gobiernos caerían por la disminución de los ingresos fiscales. Al mismo tiempo la competencia internacional por la disminución de los suministros de petróleo podría provocar guerras entre países importadores, entre importadores y exportadores, y entre facciones rivales dentro de países exportadores.

En los años siguientes a la publicación inicial de Campbell y Laherrère, muchos expertos afirmaron que las nuevas tecnologías para la extracción de petróleo crudo iban a aumentar la cantidad del suministro que puede ser obtenido de cada pozo perforado, y que las enormes reservas de recursos en hidrocarburos alternativos (principalmente arenas alquitranadas y esquistos bituminosos) serían desarrolladas para reemplazar sin problemas al petróleo convencional, lo que retrasaría por décadas el inevitable pico. También hubo quienes dijeron que el Pico del Petróleo no sería un gran problema, inclusive si ocurriera pronto, pues el mercado podía encontrar otras fuentes de energía y opciones de transporte tan rápido como fuera necesario, sean automóviles eléctricos, de hidrógeno, o nuevos combustibles líquidos fabricados a partir del carbón.

En los años siguientes, los acontecimientos pusieron de manifiesto tanto la validez de la tesis del Pico del Petróleo, como la subvaloración de los optimistas. Los precios del crudo presentaron una marcada tendencia cuesta arriba y por razones completamente previsibles: El descubrimiento de nuevos yacimientos continuaba disminuyendo, y la explotación de la mayoría de los nuevos pozos era mucho más difícil y costosa que los descubiertos en años anteriores. Más y más países productores de petróleo llegaron a su pico de extracción y comenzaron a declinar, a pesar de los esfuerzos por mantener el crecimiento de la producción usando costosos métodos altamente tecnificados para la extracción secundaria y terciaria, tales como la inyección de agua, nitrógeno o dióxido de carbono, para forzar que una mayor cantidad de crudo salga de la tierra. Así se aceleraron las tasas de declinación de la producción en los yacimientos gigantes más antiguos del mundo, que eran los responsables de la parte del león en el suministro global de petróleo. La producción de combustibles líquidos a partir de las arenas alquitranadas comenzó a expandirse lentamente, mientras que el desarrollo de los esquistos bituminosos continúa siendo una vaga promesa para el futuro lejano.

De la teoría del miedo a una realidad que da miedo

En 2008 el escenario del Pico del Petróleo se convirtió en algo demasiado real. La producción global de petróleo permaneció estancada desde 2005, y los precios se mantuvieron en alza. En Julio de 2008 el precio del barril se disparó hasta los 150 dólares, superando en valores ajustados por inflación a los precios alcanzados en los años 70, que habían provocado la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. En ese verano (boreal) de 2008, la industria automotriz, la industria del transporte, los embarques internacionales, la agricultura y las compañías aéreas estaban tambaleando.

Pero lo que sucedió después impactó en la atención del mundo a tal punto que el alza del precio del petróleo pasó a segundo plano. En Septiembre de 2008, el sistema financiero global estuvo cercano al colapso. Las razones para que esta repentina crisis sucediera, aparentemente tenían que ver con las burbujas inmobiliarias, la falta de una adecuada regulación en el sistema bancario, y el abuso de bizarros productos financieros incomprensibles. Sin embargo, y pese a que fue largamente ignorado, el alza del precio del petróleo ha jugado un papel crítico en el inicio de la debacle (Ver el artículo: Recesión temporaria o fin del crecimiento).

En las inmediatas consecuencias de esa crisis financiera global casi fulminante, los escenarios tanto de la teoría del Pico del Petróleo propuesto una década antes, igual que el del libro “Los límites del crecimiento” de 1972, ambos demostraron confirmarse con una precisión tan asombrosa como aterradora. El comercio global se derrumbaba. Las mayores industrias automotrices del mundo requerían ayuda estatal para sobrevivir. Las empresas aerocomerciales de los EE.UU. se redujeron una cuarta parte. Los disturbios por falta de alimento hicieron erupción en los países pobres alrededor del mundo. La guerra persistente en Irak, el país con las segundas mayores reservas de petróleo crudo del planeta, y en Afganistán, un sitio estratégico disputado para diversos proyectos de oleoductos y gasoductos, continuó provocando una sangría en las arcas de las naciones más dependientes de la importación de recursos petroleros.

Mientras tanto, el debate sobre qué hacer para frenar el cambio climático global, pone de manifiesto la inercia política que ha mantenido al mundo camino a la catástrofe desde principios de los años 70. Para cualquier persona con un modesto nivel de educación o inteligencia, ya se ha convertido en algo obvio que el planeta hoy tiene dos urgentes e indiscutibles razones para detener cuanto antes la dependencia de los combustibles fósiles: La doble amenaza de una catástrofe climática más la inminente restricción al suministro de combustibles. Sin embargo, en la Conferencia del Cambio Climático de Copenhague de Diciembre 2009, las prioridades de los países más dependientes del combustible fósil fueron claras: Las emisiones de carbono deberían ser reducidas, la dependencia de los combustibles también, pero solamente si ello no pone en peligro el crecimiento económico.

El componente financiero de la contracción económica

Si bien los límites de los recursos y los desastres ambientales ya venían poniéndole plazo de caducidad al crecimiento, a los ciudadanos comunes el dolor se le hace más palpable cuando de una u otra forma lo transitan en forma directa mediante la propia experiencia: Pérdida de empleos y colapso del sistema hipotecario.

Tal como se puede ver en los capítulos 1 y 2 de este libro, las expectativas de crecimiento continuo de las últimas décadas se han trasladado al presente bajo la forma de una enorme masa de deudas, tanto de los consumidores como de los gobiernos. Los ciudadanos norteamericanos ya no se hacían ricos inventando nuevas tecnologías y fabricando productos de consumo, sino nada más comprando y vendiendo casas, moviendo dinero desde unas cuentas de inversión hacia otras, o cobrándose honorarios entre ellos.

Cuando comenzó el nuevo siglo, la economía mundial empezó a tambalearse al ritmo de los estallidos de una burbuja tras otra: La burbuja de las economías emergentes del sudeste asiático, la burbuja de las “punto-com”, la burbuja inmobiliaria. Todos sabíamos que ellas finalmente podían explotar, tal como cualquier burbuja siempre lo hace, pero los inversores “inteligentes” planeaban meterse en ellas tempranamente, y salir con suficiente anticipación como para obtener grandes beneficios y escaparle al previsible desenlace caótico.

En los frenéticos días desde el año 2002 al 2006, millones de estadounidenses llegaron a creer que la constante alza en los valores inmobiliarios podía llegar a ser su fuente de ingresos, convirtiendo sus propiedades en “cajeros automáticos” (una frase muy popular escuchada por entonces). Mientras los precios seguían subiendo, los propietarios se sentían entusiasmados para pedir más préstamos y remodelar una cocina o el baño, y los bancos se sentían cómodos ofreciendo más y más créditos. Al mismo tiempo, los magos de Wall Street encontraban nuevas maneras de disfrazar esas hipotecas de alto riesgo como atractivas inversiones en obligaciones de deuda respaldadas, que podían ser empaquetadas, catalogadas y vendidas como “títulos premium” a inversores preferenciales, con muy bajo o nulo riesgo para ellos. Después de todo, los valores inmobiliarios estaban siempre destinados a crecer y crecer. “Dios no está haciendo más tierras” era la muletilla que repetían.

Los créditos y las deudas se expandieron entonces al ritmo de la euforia del dinero fácil. Todo aquel optimismo vertiginoso llevó a un crecimiento inusual de empleos en la construcción y los bienes raíces, enmascarando los quebrantos subyacentes y las pérdidas de empleo en el sector productivo.

Unos pocos expertos financieros sensatos usaron términos tales como “castillos de naipes” y “polvorín” para describir la situación. Todo lo que se necesitaba metafóricamente era una tenue brisa o una pequeña chispa para producir un resultado catastrófico. Puede afirmarse que el alza de los precios del petróleo a mediados de 2008 fue más que suficiente para disparar los fuegos artificiales.

Pero la burbuja inmobiliaria fue en sí misma nada más que un fusible de mayor envergadura: En realidad, el sistema económico entero dependía de las expectativas irrealizables del crecimiento perpetuo y pudo volar entero por los aires. El dinero estaba atado al crédito, y el crédito estaba atado a la suposición de dar por sentado el crecimiento. Cuando el crecimiento se detuvo en 2008, comenzó la reacción en cadena de morosidad, incumplimientos y quiebras. Era una explosión en cámara lenta.

Desde entonces, el esfuerzo de los gobiernos se ha dirigido a tratar de hacer arrancar nuevamente el crecimiento. Pero de manera muy limitada, dichos esfuerzos tuvieron un éxito temporario recién a finales de 2009 y principios de 2010, enmascarando la contradicción subyacente en el corazón de la economía: la suposición de que podemos contar con un crecimiento infinito en un planeta finito.

¿Qué viene después del Crecimiento?

Llegar a comprender que hemos arribado a un punto en el que el crecimiento ya no puede continuar, sin dudas es algo deprimente. Pero una vez que hemos atravesado ese obstáculo psicológico, es una noticia moderadamente buena.

No todos los economistas cayeron en la trampa de creer que el crecimiento seguiría por siempre. Hay escuelas de pensamiento económico que reconocen los límites de la naturaleza, y al mismo tiempo, esas personas y escuelas han sido ampliamente marginadas en los círculos políticos, pero también han desarrollado planes potencialmente útiles que pueden ayudar a la sociedad para adaptarse.

Los factores básicos que inevitablemente reemplazarán a la economía del crecimiento son conocidos. Para sobrevivir y prosperar durante largo tiempo, las sociedades tienen que manejarse dentro de un presupuesto planetario sostenible respecto de los recursos extractivos. Esto significa que, aunque no conozcamos en detalle cómo será la economía del post-crecimiento y el nuevo estilo de vida, sabemos lo suficiente para comenzar a trabajar en dicha dirección.

Debemos convencernos a nosotros mismos que la vida en una economía sin crecimiento puede ser plena, interesante y segura. La ausencia de crecimiento no necesariamente implica falta de progreso. Dentro de una economía de no-crecimiento o equilibrio igual puede existir el desarrollo continuo de habilidades prácticas, expresiones artísticas, y ciertos tipos de tecnologías. De hecho, algunos historiadores y sociólogos sostienen que la calidad de vida en una economía del equilibrio puede ser superior que en una economía de rápido crecimiento: Mientras que el crecimiento crea oportunidades para algunos, típicamente también intensifica la competencia, hay grandes ganadores y grandes perdedores, y tal como sucede en las ciudades gigantescas, la calidad de vida y las relaciones humanas sufren las consecuencias.

Dentro de una economía de no-crecimiento es posible maximizar beneficios y reducir los factores que llevan a la decadencia, pero hacerlo requiere la búsqueda de objetivos adecuados: En lugar de “más” debemos esmerarnos por “mejor”. En vez de promover una mayor actividad económica porque sí, hay que hacer hincapié en aquello que aumenta la calidad de vida sin empujar hacia el consumo. Una forma de hacer esto es reinventar y redefinir el crecimiento como tal.

Es inevitable la transición hacia una economía del no-crecimiento, o más bien hacia una economía en la cual el crecimiento sea definido de una manera fundamentalmente diferente. Pero nos irá mucho mejor si la planificamos, en lugar de limitarnos a contemplar perplejos cómo empiezan a fallar las instituciones de las que dependemos, para luego tratar de improvisar una estrategia de supervivencia ante su retirada.

En efecto, tenemos que crear una “nueva normalidad” deseable, que se ajuste a las restricciones impuestas por el agotamiento de los recursos naturales. Aferrarnos a la “vieja normalidad” no es una opción. Si no encontramos nuevas metas para nosotros mismos y planificamos nuestra transición desde una economía basada en el crecimiento, hacia otra economía saludable del equilibrio, estaremos creando por omisión una “nueva normalidad” mucho menos deseable, algunas de cuyas manifestaciones ya estamos empezando a ver, bajo las formas de altas y persistentes tasas de desempleo, aumento de la brecha entre ricos y pobres, crisis ambientales, y cada vez peores y más frecuentes crisis financieras, todo lo cual se traduce en profundos niveles de angustia para los individuos, las familias y las comunidades.

dimarts, 16 de juliol del 2013

Professors de Castellar del Vallès ofereixen classes de repàs gratuïtes



Són per a nens de famílies que passen per dificultats econòmiques. La iniciativa és pionera al municipi i ha tingut una acceptació molt bona: una quarantena d’alumnes fan repàs dues hores cada matí a Cal Gorina

Un grup de professors de Castellar del Vallès tenen clar que l’educació és un dret que ha de ser universal. Han decidit oferir aquest mes de juliol, gratuïtament, classes de reforç d’estiu a nens de famílies que no tenen prou recursos. La iniciativa és pionera al municipi i ha tingut una acceptació molt bona: una quarantena d’alumnes fan repàs dues hores cada matí a Cal Gorina, un local gestionat per diverses entitats que els cedeixen i que els cedeixen aquest espai. Els nens són derivats de diverses escoles de Castellar, que coneixen de primera mà quina és la situació econòmica de les famílies. Teresa Ventura, de l'Escola Sant Esteve, ha explicat com va sorgir la idea: “Un bon dia ens vam trobar unes quantes companyes en una conferència sobre crisi i solidaritat i vam decidir muntar unes classes de repàs. L’endemà ja ho tiràvem endavant.” Els nens més grans, els de sisè de primària, repassen les matèries que els han quedat més fluixes. Els més petits aprofiten per conèixer més en quin món els ha tocat viure. “Hem conversat i la crisi ha sortit. Són nens que a casa ho viuen de primera mà", explica la Teresa. L’Ajuntament de Castellar ofereix classes de reforç gratuïtes durant el curs escolar. Ara set professors del poble han possibilitat fer-les extensives fins a finals de juliol.

Tailor for Penguins: “Occasional Passengers”


Un dia un amic em va explicar una història curiosa. S’havia enamorat a primera vista d’una noia que havia conegut a la feina. Em va dir que durant aquells cinc minuts que va estar amb ella es va estar imaginant una vida sencera amb ella. En aquell moment es va preguntar si ella estaria pensant el mateix. Vaig poder veure en els ulls del meu amic que no m’enganyava, que realment havia viscut la situació. Així que, uns dies més tard, vaig escriure uns versos sobre aquella situació i finalment es va convertir en una cançó.

The Camera Album

dilluns, 15 de juliol del 2013

El Rey, Rajoy y los secretos de la “operación tijera”

Jesús Cacho, 14-07-13, Vozpópuli


Sostiene un conocido lobista madrileño, antaño asiduo visitante del despacho de Luis Bárcenas en la calle Génova, que el asunto que nos ocupa, “en un país serio”, se hubiera resuelto con la aparición del susodicho muerto por ahogamiento en su cama, con una almohada sobre la cara –se admite la variante aterrorizada del que despierta bañado en la sangre que desprende la cabeza del caballo que alguien le ha colocado en plena noche entre las nalgas-, o bien enviando a Oslo a un hombre de toda confianza con plenos poderes para reunirse en secreto con el prenda y negociar con él un acuerdo cerrado y sellado. Y aquí paz y después gloria. El gran Mariano, prototipo de gestor acostumbrado a procrastinar lo divino y lo humano, ha dejado pudrir la situación hasta que el asunto se le ha ido de las manos. Con el PP convertido en un manojo de nervios, en Génova campea el desconcierto mientras en Moncloa simplemente no saben qué hacer. El partido, dominado por el pánico, ha sido esta semana un sálvese quien pueda. Y ello cuando la “bomba Bárcenas” no ha terminado aún de explotar.

Como cualquier grupo humano zarandeado por un peligro susceptible de poner en riesgo el modus vivendi de sus miembros, en Moncloa y aledaños ha sonado la corneta llamando al cierre de filas. Que no se mueva nadie. Y una misma lección para todos: “se trata de la conspiración urdida por un periodista que siempre quiso hundir a Mariano porque se negó a darle bolilla, y que se ha prestado a hacer de altavoz de un delincuente como Bárcenas. Debe ser la Justicia quien aclare lo ocurrido; nuestra voluntad de colaborar con ella quedó demostrada cuando la Fiscalía –ojo al ínclito Gallardón- pidió prisión incondicional para el menda. Que hablen, pues, los tribunales. ¿Los sobresueldos? En última instancia es su palabra contra la nuestra, y la acusación de que Mariano los cobró siendo ministro es inconcebible. Lo lamentable es que haya tanta gente, tantos partidos, tantos medios, dispuestos a dar pábulo a un chorizo cuya pretensión última es desestabilizar a Rajoy”. Encastillados y en posición de defensa indignada.

"La estrategia del presidente y su equipo parece clara: poner sordina al escándalo y dejar que pase el tiempo."

En Génova ven fantasmas y conspiraciones por doquier. Carlos Floriano ha llegado a hablar de “causa general contra el Partido Popular”. Lo mismo, con escasos matices, ha venido a decir el PSOE para defenderse de su implicación en el escándalo de los ERE andaluces. El enemigo del PP es el juez Ruz; la enemiga del PSOE es la juez Alaya. Curioso paralelismo, escandaloso emparejamiento en la desgracia de los dos grandes partidos hispanos, hermanos siameses en la corrupción y en su radical incapacidad para regenerarse ellos mismos, primero, y alentar una regeneración de nuestra democracia, después. Es más que probable que el asunto de los sobresueldos quede judicialmente en nada, entre otras cosas porque el eventual delito fiscal habría prescrito. Cosa muy distinta es la responsabilidad política inherente al hecho, todavía por demostrar, de que el actual presidente del Gobierno haya podido cobrar sobresueldos en su condición de antiguo ministro de Aznar, vulnerando la Ley 12/1995 sobre Incompatibilidades de los Miembros del Gobierno. Si ello fuera así, es obvio que, desde un punto de vista estrictamente político, la posición de Mariano Rajoy como presidente del Ejecutivo sería insostenible y tendría que dimitir, aun asumiendo el coste que en términos de estabilidad política y económica podría suponer para el país una movida de semejante calado en semejante momento.

La estrategia del presidente y su equipo parece clara: atrincherarse en la mayoría absoluta –el auténtico rompeolas de este Gobierno- y darle hilo a la cometa. Poner sordina al escándalo y dejar pasar el tiempo. A las puertas de las vacaciones de verano, el Ejecutivo celebrará su último consejo de ministros el viernes 2 de agosto, antesala de plácidos atardeceres en Doñana. Y septiembre podría venir cargado de promesas de tiempos nuevos: una buena temporada turística; los primeros síntomas de recuperación económica, y tal vez incluso la concesión a Madrid de los JJOO de 2020 (manifestación de la insensatez y la corrupción de una oligarquía que, con el país cayéndose a pedazos, sigue pensando en fiestas y festejos que inevitablemente se traducirán en más deuda pública).

"El final de la segunda restauración borbónica"

Incapaz de asumir responsabilidades, pedir perdón y proponer un gran movimiento de regeneración moral de la vida pública, el PP se aferra a los dos años y pico que quedan de legislatura. Estamos en el final del viaje en el que a la muerte de Franco se embarcaron los dos grandes partidos mayoritarios, y la propia Corona como guinda del pastel. Es la descomposición de un Régimen. El final de la segunda Restauración borbónica. Las maniobras palaciegas contra Maura y el asesinato de Canalejas en 1912 dieron el golpe definitivo al sistema de partidos creado por Cánovas y Sagasta, uno de cuyos pilares era la unidad de conservadores y liberales en torno a sus líderes. Con ello se rompía el que quizá era eje fundamental de la Restauración: el mecanismo de alternancia en el poder. Los partidos dinásticos se fragmentaron en facciones, llegándose así a lo que Fernández Almagro definió como la “disolución de los partidos históricos”.

"Un informe sobre los baremos electorales que publica el CIS indica que la desafección ciudadana no es política sino institucional"

Algunos están queriendo ver algo más que un curioso paralelismo con lo que, 100 años después, ocurre en España a cuenta de la desafección política que millones de ciudadanos muestran hacia los dos grandes partidos que soportaron la Restauración juancarlista, fenómeno que las encuestas empiezan a mostrar de forma diáfana y que va más allá de la crisis del bipartidismo. Un reciente estudio efectuado por la Universidad Abierta de Cataluña sobre los barómetros electorales que publica el CIS, sostiene que “por cada cinco votos que pierde el bipartidismo, dos van al resto de partidos, mientras que los otros tres se instalan en la desafección”. El informe aclara que “no es desafección política, sino institucional. Mientras los parlamentos se vacían de votos, las calles, plataformas ciudadanas y centros cívicos se llenan de gente deseosa de hacer oír su voz”.

Como señaló Pavón, a la liquidación de la Restauración –cuyo golpe definitivo se produjo en 1917 con la revolución rusa- contribuyó decisivamente la crisis económica, con una inflación galopante y un deterioro del orden público que en 1921 culminaría con el asesinato de Dato. La España de Alfonso XIII perdió el rumbo en 1909, se hundió en 1912 y derivó hacia el caos en 1917, para terminar en el desastre de Annual. El recurso a los Gobiernos de concentración –que, en frase de Comellas, “fueron una medida de urgencia, no un sistema que en realidad ya no existía”- no fue sino el reconocimiento de que el régimen constitucional, articulado alrededor de un Gobierno y una oposición convertida en alternativa de poder, había dejado de existir. En este clima se fraguó el golpe de Primo de Rivera, que terminaría llevándose por delante la Monarquía. Es evidente que las diferencias entre la España de hoy y la de hace 100 años son abismales, y que es muy arriesgado establecer comparaciones y más aún extraer conclusiones, pero parece obvio que la España rica del XXI víctima del cáncer de la corrupción, la España asediada por la conjunción de esa doble y brutal crisis política y económica, se encuentra de nuevo ante una de esas encrucijadas históricas susceptibles de marcar la deriva de los próximos 50 años de convivencia entre españoles.

“Bueno, Luisito, que aún no me han recalificado el puto cine” 

No es arriesgado afirmar que, a pesar del sufrimiento causado, España logrará salir de la crisis económica con más o menos tiempo y esfuerzo; superar la crisis política, en cambio, parece mucho más difícil, casi insuperable hoy para un país necesitado de unos liderazgos de los que carece. La corrupción se ha convertido en una rémora no ya para el desarrollo de una economía competitiva en el marco de un mercado libre, sino para la viabilidad de la democracia. Oído no hace mucho en el reservado del restaurante Lavinia, calle Ortega y Gasset de Madrid, a un empresario del norte: “Bueno, Luisito [Bárcenas], a ver cuándo me arreglas lo mío, joder, que te he dado 50.000 corticoles y no me han recalificado todavía el puto cine…”. Y esta misma semana, a un alto cargo del PP: “Sí, es verdad que Lapuerta, siempre tan amable a diferencia de Bárcenas, te llamaba después [de cobrar el sobresueldo], oye, Fulano, que tienes que recibir a Mengano, de tal o cual empresa… Y todos entendíamos que Mengano se había mostrado generoso con el partido y había que tratarlo bien”. Una cosa parece clara: o se acaba con la corrupción, o la corrupción acaba con la economía y con la propia democracia.

"La 'operación tijera' pretende rebajar los tres asuntos que podrían hacer saltar el Régimen: Bárcenas, los ERE andaluces, y la pesadilla del yernísimo Iñaki Urdangarin"

Por desgracia y parodiando el evangelio de Mateo, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que la alianza entre la clase política dominante y la elite financiera que apacienta al Rey Juan Carlos consienta en la apertura de ese proceso constituyente que debería marcar el principio de una regeneración radical de nuestro marco de convivencia. Alertó de ello Federico Castaño el martes en vozpopuli: “El PSOE se malicia un pacto de Rubalcaba con Rajoy para poner sordina al ‘caso Bárcenas’ y al escándalo de los ERE”. Cuentan en la Cuesta de las Perdices que el acuerdo a tres bandas –PP, PSOE y Zarzuela- está en marcha y ya tiene nombre: “Operación Tijera”. Se trata de rebajar hasta una dimensión controlable el tamaño de tres escándalos cada uno de los cuales, por sí solo, podría llevarse por delante un Régimen: el caso Bárcenas, el asunto de los ERE andaluces, y la pesadilla del yernísimo Iñaki Urdangarin. Para cada uno de ellos se estaría en el diseño de soluciones a la carta, que incluirían en algún caso cómodas estancias en prisión con salida y dinerito garantizado. Cuentan que la labor de Gómez de Liaño consistiría en reconducir a su cliente por la vereda de ese apaño, con alguna que otra ayuda mediática (“un buen periodista es aquel que sabe distinguir el grano de la paja; publica la paja y negocia con el grano”).

El PP se lo juega todo, incluso la eventualidad de una escisión, a esa carta. En cuanto al PSOE, aseguran que ese acuerdo tripartito es defendido por la columna vertebral del socialismo –Felipe González, Rodríguez Zapatero y Rubalcaba-, interesada en “no hacernos daño inútilmente con la derecha, si queremos impedir il sorpasso de IU”. Nadie tan interesado, quizá como el propio Rey de España, que estos días, y aparentemente ajeno al desastre Bárcenas, prepara con ahínco un más que sorprendente viaje de Estado a Marruecos, país al que alguna vez ha aludido en privado como idóneo lugar de retiro en caso de eventual abdicación, para el que ha movilizado a las fuerzas vivas –y casi muertas ya- del Régimen. En Rabat reside el antaño famoso príncipe Tchokotua, íntimo del Monarca e intermediario en la venta de armas españolas al norte de África. Y en Rabat habita, naturalmente, el Rey Mohamed VI, con quien Juan Carlos I pasará en discreta privacidad dos de los cuatro días de su estancia en el país vecino. Viaje sin sentido, a contracorriente de los acontecimientos, plagado de incógnitas. ¿Tiene algún futuro este Régimen?

divendres, 12 de juliol del 2013

Obra Social la PAH: manual de desobediencia civil para recuperar viviendas vacías de las entidades financieras

#ineditviable

La PAH presenta el manual de desobediencia civil para recuperar viviendas vacías de las entidades financieras El manual de desobediencia civil para retornar a las viviendas vacías de los bancos su función social, se acompaña de un nuevo video: “De la burbuja a la Obra Social”

veure el document sencer en aquest enllaç: http://ineditviable.blogspot.com.es/2013/07/obra-social-la-pah-manual-de.html


dijous, 11 de juliol del 2013

Es filtra el document 'confidencial' que va segellar la nòmina multimilionària d'Adolf Todó

La Directa - JESÚS RODRÍGUEZ /  11/07/2013

Els antics directius de Caixa Catalunya van esforçar-se prou en aconseguir que les condicions de sou i jubilació multimilionàries que ells mateixos s'havien atorgat mai es fessin públiques. Quan el passat dilluns el diputat de la CUP-AE David Fernàndez en el marc de la 'Comissió d'Investigació sobre les Possibles Responsabilitats Derivades de l'Actuació i la Gestió de les Entitats Financeres i la Possible Vulneració dels Drets dels Consumidors' va fer referència al document confidencial del Consell d'Administració on es reflexa els euros que ingressaria al seu compte corrent Adolf Todó, l'ex-director general de l'entitat es va mostrar sorprès i molest. La cara de sorpresa es va transformar en cara de pòquer quan Fernàndez li va etzibar "Vostè és un lladre!".




Avui es trenca la llei del silenci. Fem públic el document sota clàusula de confidencialitat del Consell d'Administració de Caixa Catalunya amb data de 26 de març de 2008 on hi consta l'acord que garantia un sou mínim de 600.000 euros anuals per Adolf Todó –que l'any següent es va incrementar fins els 800.000 euros–, i que sumat a les condicions de jubilació i a diversos plusos i dietes suposava que al llarg de 7 anys el seu compte corrent s'hauria vist incrementat en un volum de 20 milions d'euros. En aquella reunió, presidida per Narcís Serra, es va advertir a tothom que el contingut de l'acta era "de caràcter confidencial a tots els efectes". Abans de prendre la decisió es va encarregar un informe a Hay Ibérica SA, una consultora externa experta "en recursos humans i retribució a directius". El raonament emprat per dotar d'una nòmina tan elevada a Todó fou que segons Hay Ibérica SA la mitjana de sou dels alts directius d'empresa està en 699.000 euros anuals. No es fa cap referència, però, a la delicadíssima situació financera de l'entitat i a l'agreujament del context de crisi econòmica i a l'esclat de la bombolla immobiliària, una circumstància oficialment reconeguda per aquelles dates. El que més sorprèn de l'acta que avui coneixem és el nom de tots i cadascún dels sotasignants que amb el seu vot van segellar la nòmina multimilionària. En nom de CiU hi va assistir Estanis Felip i Montsonís, pel PSC Joan Echániz i Sans, i per ICV hi era present Matíes Vives i March. CCOO estava representada per Josep Alonso i Roca i per Genís Garriga i Bacardí, i per la UGT sotasigna l'acta Sara Cardona i Raso. Els contractes es van aprovar per unanimitat, no hi consta cap vot particular. Oficialment no tenien un sou, però les dietes per assistir a les reunions del consell d'administració pujaven als 40.000 euros per persona i any, i també les rebien els representants de partits polítics i sindicats.

Fernàndez: "La setmana que ve a Narcís Serra també li penso dir 'lladre'."

Entrevista a David Fernnandez de la CUP. Diu que tractarà de lladre cadascun dels exdirectius bancaris que passin per la comissió del Parlament que investiga el desmantellament de les caixes catalanes, com ja va fer amb Adolf Todó, expresident de Catalunya Banc. Fernàndez, que les enquestes de valoració de polítics situen com el segon líder més ben valorat, està convençut que la crisi no s'acabarà fins que no vagin a la presó els que en són responsables.